
Titan Desert 25
Andrey Amador, de ser atropellado por un camión a ganar la Titan Desert
Al costarricense le diagnosticaron que tardaría un año en volver a montar en bici, pero ha pasado ese tiempo y ya ha ganado en el desierto de Marruecos

Andrey Amador todavía conserva el reloj que Luis León Sánchez regaló a los compañeros del equipo llamado entonces Caisse d’Epargne después de ganar la París-Niza en 2009. «Un día estaba recogiendo todos los recuerdos que tenía. Y vi el reloj de él. De Luis León Sánchez. Y lo que es la vida, ahora estamos aquí después de más de 15 años. Y me dice, ¿En serio todavía lo tienes?», cuenta el costarricense. «¿Cómo no lo voy a tener? Son cosas que se llevan a la tumba», añade.
Han pasado 16 años desde aquel triunfo de Luisle y ahora han vuelto a coincidir, pero esta vez como rivales y sobre la arena y las piedras del desierto en la Titan Desert. Y ahora el que gana es Andrey, aunque se lleva el maillot rojo que premia al ganador sin haber ganado una etapa. Luisle ha ganado tres de las seis que se disputan en la carrera y ha acabado tercero en la general. Entre ellos, Fran Herrero, protagonista de las primeras etapas.
«Llevamos el ciclismo en las venas. En la pasión. No nos bajamos de la bici», dice Amador, que estuvo cerca de no poder encontrarse de nuevo con Luisle en la Titan Desert. «En mayo del año pasado, hace un año, tuve una fractura expuesta del peroné. También me rompí toda la parte baja del pie. Todos los huesos se me rompieron», cuenta sin perder la sonrisa. «Estaba entrenando en Barcelona y justo cogí una curva a la derecha y me salió un camión de frente, por donde no podía circular. Ocupaba todo el carril, derrapé y yo creo que tuve una suerte tan grande, Porque es como que volviera a nacer. Me metí debajo del camión con la suerte de que la bicicleta amortiguó un poco porque si no hubiera perdido el pie», añade.
Era el cierre para un año que había empezado torcido. «Entrenando en enero me caí y me rompí el radio y la clavícula. En Cataluña me quebré las costillas en una caída en una montonera. Y luego me pasó lo del camión. Fue un cúmulo de situaciones y todo pasa por algo», asume.
Ni siquiera podían operarle porque no se podía fijar el pie. Había que dejar que los huesos soldaran de manera natural y los médicos le diagnosticaron una recuperación lenta, hasta un año después non le aseguraban que pudiera montar en bici. Pero ha pasado un año y Andrey Amador es el ganador de la Titan.
En su camino se cruzó un médico de Barcelona que le dijo «vamos poco a poco» y a los tres meses estaba montando en bici. Pero por el camino había perdido su carrera como ciclista profesional. Aunque le quedaba una temporada de contrato con el Education First, tenía ya 37 años y el equipo no confiaba en que su recuperación fuera completa. «En ese aspecto me dio un poquito la espalda. Lo que querían era que lo dejara porque querían gente joven y como que no confiaban en que me fuera a poder recuperar. Me cogieron en esa parte vulnerable. Y al final decidí dejarlo», recuerda.
Aun hoy no puede hacer el juego completo del pie, pero no le molesta para pedalear porque la zapatilla es rígida. Y en la Titan Desert Marruecos ha demostrado que no es un problema, que podía haber aguantado algún año más compitiendo en la carretera. «Este era el año en que yo le quería poner punto final a mi carrera. Me hubiera gustado poderlo hacer de una manera diferente», confiesa. Pero todo pasa por algo, dice, y ahora es ganador de la Titan.
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