Vuelta a España

La Vuelta a España, en el Palacio Real de los Saboya

La región de Piamonte presentó las tres primeras etapas de la Vuelta, que discurren por su terreno. De Reggia de Venaria a Madrid

Cartel de la presentación de las etapas de Piamonte
Cartel de la presentación de las etapas de PiamonteVisit Piemonte

Reggia di Venaria, el palacio real de la dinastía de los Saboya en Venaria Reale, a las afueras de Turín, verá el 23 de agosto el comienzo de la Vuelta, que por sexta vez en su historia nace fuera de España. Un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO será el punto de comienzo de la carrera española en su 90 aniversario. Una etapa que termina en Novara, la cuna del queso gorgonzola porque en el comienzo de la Vuelta el arte, la historia y la gastronomía se mezclan con el ciclismo y con la naturaleza.

La región de Piamonte presentó las tres primeras etapas de la carrera española, que transcurren por territorio piamontés íntegramente, y la cuarta, que nace en Italia y termina en Francia. Antes de todo eso, el jueves 21 de agosto, la Piazzetta Reale de Turín acogerá la presentación de los equipos participantes en la Vuelta.

El rascacielos Regione Piemonte desde donde se divisa toda la ciudad de Turín, la capital del Piamonte, fue el escenario de la presentación de esas primeras jornadas de La Vuelta 25 ante unos pocos medios españoles. Allí estaba Javier Guillén junto al presidente de la región del Piamonte, Alberto Cirio, el alcalde de Turín, Stefano Lo Russo, y el embajador de España en Italia, Miguel Fernández Palacios.

Cirio se muestra orgulloso de que la región que preside vaya a completar el triplete ciclista al ser salida oficial de las tres grandes. «Yo estoy muy feliz de este resultado, para el que hemos trabajado durante años, porque desde el Piamonte ha salido el Giro de Italia, desde el Piamonte, el año pasado salió el Tour de Francia y este año comienza la Vuelta», dice. «El ciclismo es un deporte muy ligado a Italia, está muy ligado al Piemonte, porque esta ha sido la tierra de Girardengo, ha sido la tierra de Coppi. Esta es una tierra que tiene montañas, llanuras, colinas y es el lugar ideal para ir en bicicleta. Invito a todos los amigos de España a venir a visitar el Piamonte, a visitar nuestra tierra, que es rica en cosas hermosas para ver, pero también para comer», añade Cirio, que se muestra orgulloso de que Angelo Coterno, el primer italiano que ganó la Vuelta, fuera piamontés.

Eso sucedió en 1956. La última victoria italiana en la general de la carrera española, la de Fabio Aru, cumple ahora 10 años. Aru es embajador de la salida en Piamonte. Ya retirado, ahora viste con traje y corbata, aunque no ha abandonado del todo la bicicleta, y analiza las primeras etapas de la carrera.

En el comienzo, la tradicional contrarreloj, individual o por equipos, deja paso a una etapa en línea. «Los corredores van a tener un poco de estrés porque en la primera etapa de una gran vuelta siempre hay estrés, especialmente cuando se llega en un sprint. Puede ser peligrosa para las caídas, pero esto es parte del ciclismo y ya lo sabemos y tenemos que manejarlo», asegura Aru.

La segunda etapa, que comienza en Alba, la ciudad de las cien torres, y concluye en Limone Piamonte, a 1.881 metros de altitud, el primer final en alto de la carrera. «No es un puerto tan duro, pero en los últimos años hemos visto que los vatios que se hacen en puertos pequeños pueden marcar diferencias», advierte Aru. «Y también puede llegar una grupeta pequeña, no va a tener diferencias muy grandes, pero va a ser una etapa donde ya se puede saber algo para la clasificación general».

En la tercera etapa, entre San Maurizio Canavese y Ceres, el último ganador italiano de la Vuelta, ve una oportunidad para las fugas. «En la segunda etapa algunos que no miran la clasificación general van a perder tiempo y tendrán más libertad», asegura Fabio.

Antes de salir de territorio italiano camino de Francia, la Vuelta vivirá un comienzo explosivo en la etapa que viaja de Susa a Voiron con un puerto de tercera camino de otro de segunda. «La pendiente no es dura, pero siempre va subiendo», dice. Después 17 etapas más hasta llegar a Madrid. Del Reggia Venaria, el palacio de los Saboya, al palacio de Cibeles.