Opinión
España, a tocar la Marsellesa
Francia es el equipo que mejor defiende con el muro que plantea un partido sí y otro también Deschamps
España consiguió superar el mayor reto al que podía enfrentarse: eliminar a la anfitriona Alemania, con el campo y el árbitro remando en contra, para alcanzar las semifinales. Si ya éramos el equipo más entretenido de ver y el que mejor fútbol práctica, ahora podemos presumir de saber superarnos ante las adversidades.
La lesión de Pedri fue un traspié que dejó tocados a sus compañeros y del que tardaron en recuperarse. No era fácil jugar ante un equipo que, no ausente de calidad, hizo uso de la permisividad arbitral para dar patadas como si no hubiera mañana. Para sorpresa de nadie acabó el partido con once jugadores, incluido Kroos, que para ser su último partido lo dedico a dar más patadas que pases. Aun así, los de De la Fuente fueron capaces de adelantarse con justicia y obligaron a los locales a tomar unos riesgos que les llevaron a empatar sobre la bocina. Es un tema de psiquiatra lo cagones que se demuestran entrenadores de selecciones potentes, más pendientes de no perder que de ganar, como Portugal, Francia, Inglaterra y, a ratos, Alemania. Da coraje ver conjuntos sin tantas capacidades ofensivas ser ambiciosos, sin miedo y caer eliminados, mientras van pasando rondas los que aburren a las vacas. Malo para el fútbol.
Cuando la prórroga vaticinaba los penaltis, esta España con carácter de campeón consiguió marcar el gol de la victoria gracias a dos jugadores que salieron desde el banquillo. Pase de Olmo y remate de Merino, a pesar de lo criticado que fue el míster al haber quitado a Lamine y Nico en un intervalo de diez minutos.
El peaje de pasar a semifinales ha sido caro, ya que Kroos ha dejado a Pedri sin verano y la acumulación de tarjetas sanciona a Carvajal y LeNormand. La ausencia del jugador del Barca es importante, pues Francia, el equipo que mejor defiende, requiere de alguien que vea con claridad las líneas de pase para filtrar balones que derriben el muro que plantea Deschamps. La baja del madridista sólo la agradece Mbappé. Así todo, si los franceses pretenden ser finalistas, van a tener que jugar mejor de lo que lo vienen haciendo, porque salvo que España se contagie del ritmo soporífero que le gusta al rival, el juego demostrado por uno y otro hasta ahora parece de deportes diferentes.
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