Entrevista

Facundo Campazzo: "El Real Madrid también es un buen equipo fuera de la cancha"

Es el jugador diferencial junto a Tavares en el equipo blanco. Hoy regresa a la Copa en una ciudad en la que ya la ganó en 2020 y como MVP

Facundo Campazzo, en el Martín Carpena
Facundo Campazzo, base del Real MadridACB PHOTOEuropa Press

Denver, Dallas y Belgrado. Un paréntesis de tres años antes de tomar una «decisión súper sencilla» y volver al Real Madrid. De Majadahonda a Las Rozas y siempre con Consuelo y su hija Sara de cuatro años a la que acaba de dejar en la escuela. «A ella la da igual que gane o pierda, cada vez que meto una canasta o que termino un partido para ella siempre ganamos», comenta el «Facu» sobre su hija. «Es la que más rápido se acostumbró a los cambios porque no se enteraba bien dónde estábamos. Empezó a ir al cole en Dallas, luego en Belgrado y ahora ya es algo más independiente, aunque de momento no vamos a ampliar la familia. Mi mujer ya estaba acostumbrada a este tipo de aventuras y tener la facilidad de amoldarse al lugar en el que estamos me ha hecho mucho más fácil todo. Eso y que los equipos y la gente que trabajaba detrás me trataron de diez puntos e hicieron la adaptación fácil».

¿En qué cambió y evolucionó como jugador en la NBA?

Crecí como jugador y como persona. Cuando me tocó jugar mucho y muchos partidos en el primer año y parte del segundo aprendí cómo adaptarme a un equipo en un rol distinto al que estaba acostumbrado y después cuando no jugué tanto me sirvió para conocerme cómo reaccionaba ante esas situaciones, cómo lo pasaba en el momento de querer jugar y no poder. Me sirvió para aprender a controlar las cosas que puedo controlar. En Serbia fue diferente, pero la NBA me hizo mejor jugador al saber leer situaciones muy diferentes y opuestas.

Lo del Estrella Roja fue otra historia...

Sí, un poco locura. Recuerdo el derbi contra el Partizán que te pone en un nivel de motivación increíble. Era como jugar todos los días una final. La afición, la previa, las calles, todo lo opuesto a lo que estaba acostumbrado en la NBA... de no jugar mucho y llegar allí y jugar todos los pick&roll que me daban. Allí son un poco como en Argentina: muy pasionales, encienden bengalas dentro del estadio, por la calle te reconocen y te dicen «vamos Estrella Roja» en su idioma, es muy emocional.

Y el pasado verano se convierte en el único fichaje del Madrid...

La sección directiva creo que ha armado muy bien el equipo con el paso de los años. Siempre ha habido un núcleo de jugadores que son los líderes, con experiencia y que están acostumbrados a jugar los partidos importantes. Fuera de la cancha hacen equipo, suman en el día a día... Somos un buen equipo también fuera de la cancha.

¿Recuerda a nivel personal un principio de temporada tan explosivo?

Personalmente me empecé sintiendo muy bien. Y como equipo no recuerdo haber empezado ningún año de esta manera, pero a medida que va pasando la temporada los rivales buscan otras maneras de jugarte y los partidos se hacen más difíciles, pero creo que eso es lo normal. Lo anormal es empezar como lo hicimos. Ser imbatibles en casa, ser imbatibles de visitante, ganar los partidos por 20... eso es lo raro. Lo difícil es mantenerse a buen nivel y es inevitable pasar por altibajos. Este equipo está aprendiendo de distintas situaciones a las que nos enfrentamos y personalmente me siento bien, con confianza, tratando de aportar mi experiencia y mi juego al equipo y aprendiendo de los compañeros.

¿Encontró diferencias entre este vestuario y el de 2020?

Es prácticamente similar. Está la misma gente trabajando y hay pocas caras nuevas, no ha habido un cambio radical. Se mantuvo el núcleo de jugadores, las mismas bromas, se mantiene todo lo mismo... la sensación es que sigue todo igual y es una buena sensación porque hay buena química fuera de la cancha y eso lo hace todo más sencillo.

Dos jugadores con los que no coincidió son Musa y Hezonja. ¿Cómo son los balcánicos?

Son dos lindos personajes que también suman mucho fuera de la cancha y al final eso cuenta mucho. Dentro de la cancha tienen mucha calidad en el juego, anotando, haciendo jugadas ganadoras... los jugadores que hay acá saben a lo que vienen y podrían estar en cualquier otro equipo jugando 40 minutos, anotando 20 por partido, pero se elige el Madrid para conseguir títulos, para ganar y para entrar en la historia del club. Los dos ceden parte de su juego para ganar y eso hace equipo.

¿Le recuerdan los más jóvenes a cuando llegó usted al equipo?

¡Nooooo! Son mucho mejores. Dan mucha energía, dan frescura porque somos un equipo grande en edad y combinado con esa juventud sirve mucho para llevar la temporada. En los entrenamientos dan mucha energía, corren para todos los lados y se acercan mucho a lo que es un partido. Eso para nosotros es oro.

¿Qué cambios hay con Chus Mateo y qué se conserva de la «era Laso»?

Se mantiene un poco cómo se afronta todo, aunque Chus tiene su toque y su mano ahí. Pero es muy similar a lo que era Pablo, absorbió mucho de él y lo está poniendo en práctica. Logra tener a todos contentos y sabe manejar el grupo que es lo más difícil para un entrenador. Da oportunidades a todo el mundo. Su trabajo no es sencillo y creo que por cómo vamos está haciéndolo muy bien. Da mucha confianza

¿En qué es superior el Madrid a los otros equipos de la Copa?

La Copa tiene un factor sorpresa que como estés una noche mal te tienes que volver a tu casa. Eso hace que todo se iguale más. Nuestro equipo es muy completo en todas las posiciones. Tenemos mucho peligro ofensivo y también imponemos defensivamente. Pero a un partido cualquiera puede ganar a cualquiera. De hecho nosotros hemos perdido con Murcia y con el «Granca». Lo bueno es que tenemos jugadores que han jugado miles de Copas del Rey y ahí podemos sacar ventaja. Si nos preocupamos por mejorar nuestro juego, porque últimamente podemos mejorar muchas cosas, y lo hacemos con intensidad ahí estaremos.

¿Ha hablado con su amigo Laprovittola de las 16 derrotas que lleva este curso el Barça?

No, con Nico hablamos de todo menos de baloncesto. El Barça pese a eso sigue siendo un equipo increíble y uno de los equipos más difíciles de ganar por mucho que en la ACB estén un poco abajo.

¿Le preocupa su país?

Mi opinión no está muy fundamentada porque tendría que conocer más la política de allí. Lo que me gustaría es ver a Argentina lo mejor posible y eso va más allá de cualquier partido político. Se trata de que todos vayan en la misma dirección para que vuelva a ser una potencia mundial como lo era antes. Cada vez se hacía más difícil vivir allí. Ahora se trata de crecer, que el 50 por ciento de la población no sea pobre y eso va más allá de este o ese partido político.