Historias del balón

El partido del muro: el día que las dos Alemanias se enfrentaron en un Mundial

En la Copa del Mundo de 1974, un mismo país, separado por un muro y dos ideologías, se batieron en un estadio de fútbol.

Los capitanes Franz Beckenbauer y Bernd Bransch en el intercambio de banderines.
Los capitanes Franz Beckenbauer y Bernd Bransch en el intercambio de banderines.ArchivoLa Razón

El futbol es tan grande que ni la historia ni la política han podido escapar de él. La Segunda Guerra Mundial trajo muchas consecuencias, entre ellas, la división de Alemania. Ese panorama político, que se mantuvo hasta la caída del Muro de Berlín, de la que hoy se cumplen 32 años, y la reunificación de ese país -en 1990-, nos dejaría también uno de los uno de los encuentros más curiosos de los Mundiales. Único e irrepetible.

Hay figuras y partidos que dejan una huella imborrable en el fútbol por traspasar lo meramente deportivo. Ahí quedan la victoria de Argentina sobre Inglaterra en el Mundial del 86 o la Irán sobre Estados Unidos en el Mundial de Francia pero si hay un encuentro que marcaría la historia para siempre es el que enfrentó a las selecciones de la República Federal Alemana (RFA) y la República Democrática Alemana (RDA).

“Era golpear al enemigo. Golpear al enemigo donde más le duele. Mucha gente entonces lo veía así. Si en mi lápida pusieran ‘Hamburgo, 1974′,todos sabrían quién yace debajo”, diría años después Jürgen Sparwasser, el delantero de la Alemania Democrática, autor del único gol en la victoria frente a la Alemania Federal, en el histórico partido del Mundial de 1974.

Mucho más que fútbol

Fue el evento político-deportivo de la Guerra Fría, definido como un partido “de Estado”, de dos Estados. Terminada la Segunda Guerra Mundial y con la división de Alemania en 1949, cada uno creó su propia Federación de Fútbol y su selección nacional.

Fue el 22 de junio de 1974 en la Copa Mundial de Alemania. Ese día, un país se enfrentó a sí mismo en su propio territorio: Alemania vs Alemania. El fútbol parecía lo de menos, se medían dos sistemas políticos, dos modelos económicos, dos ideologías contrapuestas inmersas en una historia compartida y sangrienta. Ese día más que nunca lo que importaba era el resultado.

El estadio Volksparkstadion de Hamburgo -con 60.000 espectadores en sus tribunas -fue el escenario del transcendental encuentro. Las diferencias entre las Alemanias eran evidentes. En la RFA había gran cantidad de futbolistas profesionalizados por aquel entonces y saltaron al terreno de juego con nombres como el de Sepp Maier, Beckenbauer, Müller y a unos jóvenes Breitner y Hoeness entre otros. Sin embargo, esta era la primera vez historia que los orientales habían conseguido clasificarse para la Copa del Mundo, y es que en la RDA se había decidido potenciar otros deportes antes que el fútbol.

Corría la primera fase del Mundial 74 y aunque las dos escuadras ya estaban clasificadas para la siguiente ronda se jugaban, entre otras muchas cosas, el primer puesto del Grupo A. Ante todo pronóstico, se impuso la RDA por 1 a 0 a la RFA con gol Jürgen Sparwaser en el minuto 77, dando una victoria histórica a los orientales. El árbitro uruguayo Ramón Barreto Ruiz sacó tres tarjetas amarillas, todas para jugadores de la RDA.

Alemania vs Alemania
Alemania vs AlemaniaArchivoLa Razon

Sin embargo, ese gol de Sparwasser supuso un verdadero despertar para el combinado occidental, que pasó sin complicaciones la segunda ronda (frente a Polonia, Yugoslavia y Suecia) y terminó batiendo a la Holanda de Cruyff en la final para hacerse con su segundo título mundial.

El sorprendente destino del goleador

Tras el triunfo de la Alemania Democrática, Sparwasser, quien estaba afiliado al Partido Comunista, pasó a ser una figura ideal para la propaganda política. El jugador, sin embargo, no se sintió cómodo. Así lo explicó: “Una parte de los habitantes de la RDA no estaba de acuerdo con el sistema político del país. Esas personas reaccionaron negativamente. Todos esperaban y creían que perderíamos el partido, que nos meterían cinco o seis goles. Por eso surgieron envidias y antipatías. No sólo contra mí, sino también contra mis compañeros”.

Sparwasser jugó en el Magdeburgo hasta 1979, cuando a los 31 años, una lesión truncó su carrera y había sido pieza fundamental en el ascenso a Primera en la temporada 1966/67 anotando 22 goles en 27 partidos. También ganó la medalla de bronce en Munich 72 y entonces llegó a recibir una oferta del Bayern Munich para jugar allí pero la rechazó. Sparwasser no se benefició de esa fama, como dijo unos años más tarde: «Los rumores decían que estaba ricamente recompensado por el gol, con un coche, una casa y un premio en metálico, pero eso no es cierto». En 1988, aprovechó un partido de veteranos entre las dos Alemanias para fugarse a la Occidental aunque un año más tarde se produciría la caída del Muro de Berlín. Tras su retirada, tuvo una breve carrera como entrenador. Primero trabajando como asistente en el Eintracht Frankfurt y después como primer entrenador en el SV Darmstadt 98.