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Las claves del Barça campeón de Flick: su trato con el jugador, su estilo de juego...
El técnico alemán es el gran artífice del triplete nacional (Liga, Copa y Supercopa) del Barcelona. Ha potenciado a casi todos los jugadores, que ya estaban la temporada pasada

El nombre propio del Barcelona en la temporada 2024-25 es Hansi Flick. El técnico cierra el curso, al que todavía le quedan dos partidos, con todos los títulos nacionales conquistados, Liga, Copa y Supercopa, y con uno que quizá es más importante, aunque en realidad va unido a los trofeos: el conjunto azulgrana y su afición han recuperado la confianza y vuelven a sentirse en el grupo de los elegidos de Europa.
El técnico alemán aterrizó en la Ciudad Condal casi de rebote, porque Joan Laporta y su junta directiva habían escenificado la continuidad de Xavi, pese a que no tenían plena confianza en él. El mítico exjugador, por cierto, también ganó la Liga de 2023, y la Supercopa al Madrid con claridad, como esta campaña, pero no logró darle continuidad, que es el gran reto que tiene Flick ahora.
La excusa para prescindir de Xavi fueron unas declaraciones en las que puso de manifiesto la pobre situación económica del club. No era la primera vez que lo decía, pero se entendió como un síntoma de debilidad. Flick llegó con la lección aprendida y jamás ha hecho alusión a que no iba a poder fichar a tal o cual jugador, pese a que la realidad ha demostrado que las palabras del mítico centrocampista no estaban desencaminadas, con el momento cumbre de la desinscripción y reinscripción de Olmo y Pau Víctor en enero.
El estilo de Flick
La historia de Xavi parecía de película, porque conoce la casa como nadie. Flick llegó con la dificultad añadida en el Barça de que en el famoso entorno siempre se sospeche de los entrenadores que se alejan del ideario del estilo de Johan Cruyff, el hombre que marcó al club como jugador y, sobre todo, como técnico. La idea de Flick no es estilo Barça puro y duro, pero sí tiene elementos como la vocación ofensiva o querer llevar el peso del partido, por mucho que a veces se le descontrolen, aunque ha sido feliz en la locura. Pero el concepto se ha aceptado porque ha ganado y ha entretenido. Lo ha hecho la afición, y también los jugadores, pese a que se decía que su planteamiento con la defensa tan adelantada era un suicidio. Los futbolistas lo han defendido a muerte y una de las claves ha sido ese fuera de juego en el que ha hecho caer a los rivales constantemente.
Ha cuidado y ha potenciado a los jugadores
Flick no se ha quejado de puertas para fuera y siempre ha ensalzado la calidad de su plantilla. No han sido sólo palabras, ha intentado estar cerca de los jugadores, con una charla o un abrazo en los malos momentos. Araujo es el último ejemplo, después de las críticas que sufrió el uruguayo por su actuación ante el Inter.
Dani Olmo ha sido el gran refuerzo, y se ha pasado una parte del curso lesionado o con los problemas de «pasaporte». El resto de recursos que ha tenido Flick ya estaban el año pasado, pero los ha potenciado a casi todos. Iñigo Martínez se ha asentado y Cubarsí ha demostrado que no es sólo el capricho de Xavi y su amor por la cantera. El debate con Koundé se ha terminado: ya se puede decir que es un lateral derecho que puede jugar de central, y no al revés, como toda la vida. Balde ha madurado. Pedri, libre de problemas físicos, ha mostrado que es un centrocampista total, con su pausa para atacar y su humildad para defender. De Jong, tras un ejercicio de paciencia por parte del entrenador, pues empezó el curso en la enfermería y arrancó sin confianza, ha enseñado los dientes. Arriesgó el preparador alemán apostando por el neerlandés después del gran trabajo que estaba haciendo Casadó.
Raphinha, Lamine...
Raphinha se ha convertido en un líder en el campo y fuera. Lewandowski ha firmado su mejor año goleador como azulgrana, a la altura de los del Bayern. Y Lamine se ha confirmado como un fenómeno mundial. Gavi, Fermín o Eric García han sido determinantes desde el banquillo, y Gerard Martín o Héctor Fort han cumplido de sobra cuando les ha tocado, incluso Christensen en los últimos partidos. A Flick sólo se le ha resistido Ansu Fati.
El desafío es mantener el hambre es un equipo que estará formado ya por futbolista que, pese a ser jóvenes, han pasado al siguiente nivel.
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