Atlético de Madrid

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1-1. Todo acaba en Oblak

El centrocampista ghanés del Atlético de Madrid Thomas Partey pelea un balón con el centrocampista chileno del Villarreal Manuel Iturra / Efe
El centrocampista ghanés del Atlético de Madrid Thomas Partey pelea un balón con el centrocampista chileno del Villarreal Manuel Iturra / Efelarazon

El Atlético disimulaba su esencia con el uniforme y con la actitud. El sólido equipo rojiblanco de otras ocasiones dejaba paso a un equipo vestido de un azul indefinido y con la espalda débil. Las carreras del Villarreal con Gerard Moreno convertido más en pasador que en rematador abrieron grietas en el fondo rojiblanco. Pero por detrás siempre aparecía Oblak, convertido en una pared que el Villarreal sólo fue capaz de superar en un remate de Mario Gaspar después de varios rebotes en el área y con el esloveno medio descolocado.

Pero las mejores paradas del portero del Atlético llegaron después, en un mano a mano con Gerard Moreno y en otro con Bacca, que ni siquiera llegó a rematar porque la mano de Oblak llegó antes a la pelota que el pie del colombiano cuando intentaba regatearlo. Todas esas ocasiones del Villarreal llegaron cuando ya no estaba Rodri en el campo y el Atlético era mucho menos firme en defensa. Thomas no ofrece la misma seguridad que Rodri. Suyo fue el error que propició el mano a mano de Gerard Moreno.

Simeone quiso recuperar la alineación con cuatro mediocentros, con Rodri y Thomas juntos y Saúl y Koke en los costados. Pero a pesar de todo era un centro del campo débil, con muchos agujeros, que se agravaron con la entrada de Lemar y Correa en la segunda mitad. Y tampoco liberaban a Griezmann de la necesidad de bajar al centro del campo para armar las jugadas de su equipo.

Tampoco impedían que Cazorla y Trigueros mandaran pases por detrás de la defensa para que sus delanteros se encontraran frente a frente con Oblak. Ni siquiera la pelota parada, ésa que ahora está recuperando el Atlético, funcionó de manera correcta al equipo de Simeone. El gol llegó en una falta sacada por Griezmann, pero el que remató fue Funes Mori –al larguero– y el rechace lo mandó a gol Filipe Luis con la cabeza.

Sólo Oblak parecía funcionar cuando la pelota comenzó a vivir con insistencia en el área rojiblanca. Siempre responde el esloveno, un seguro para Simeone. El portero, que sólo ha recibido cinco goles en cinco partidos, permite al Atlético salvar días como el de Villarreal.

El entrenador rojiblanco veía que el partido se le podía escapar y mandó al campo a Godín en lugar de Filipe Luis. Quería guardarlo para el partido del miércoles contra el Borussia Dortmund. El uruguayo ya ha entrado en una fase en la que necesita administrar el desgaste y más cuando los partidos de Liga se cuelan entre los compromisos de las selecciones y la Liga de Campeones. Pero le sigue pareciendo más fiable que cualquier otro defensa de la plantilla. Filipe Luis ofrece más opciones en ataque y mejor salida de balón. Pero Lucas parece más fiable. Aunque cuando el Atlético se siente seguro de verdad es cuando aparece Oblak y a los delanteros se les levanta un muro ante los ojos.