Fútbol

Euro 2020. España paga su falta de gol y no pasa del empate contra Suecia en el estreno

El equipo de Luis Enrique fue muy superior, sobre todo en la primera parte y en el tramo final, y falló ocasiones muy claras. El conjunto nórdico tiró una al palo

Laporte e Isak pelean por un balón en el España - Suecia de la Eurocopa
Laporte e Isak pelean por un balón en el España - Suecia de la EurocopaKiko HuescaAgencia EFE

El estilo no se discute, pero el gol no existe para España. Tiene la pelota, domina, juega en el campo del rival, pero no acierta con la portería. Sucedió de nuevo en el mismo escenario en el que Alemania se llevó seis goles. Un espejismo, visto lo que hubo antes y lo que ha venido después.

A la Roja le cuesta encontrar el camino de la portería. Morata se desespera después de fallar un mano a mano con el portero en el que daba la sensación de que incluso podía elegir a qué lado mandar la pelota e inmediatamente después Isak mandó un balón al poste sin querer, después de un rebote.

Así vivió España el partido. Aparentemente tranquila cuando tenía la pelota, pero al borde del infarto cuando Suecia cruzaba el centro del campo. Más clara aún que la de Morata fue la ocasión de Berg, el «9» de los amarillos, que mandó por encima del larguero un remate con la portería vacía. Laporte desvió lo suficiente para que la pelota no llegara limpia a los pies del delantero escandinavo. Los suecos llegaban poco, pero daban sensación de peligro cada vez que lo hacían.

A España le costaba penetrar en el sólido muro que los suecos plantaron al borde del área. Sólo Dani Olmo intentaba el disparo desde lejos para intentar sorprender al portero y tratar de abrir un poco la defensa. Olsen respondió ante los intentos lejanos del jugador del Leipzig.

Pero los suecos son inmunes a esas moderneces de cambiar el sistema y otras similares. Se acurrucan en su área y esperan que les llegue el momento de acercarse a la portería rival. Ya lo demostraron en la fase de clasificación para el torneo, especialmente en el partido de Estocolmo, en el que la Roja no pudo pasar del empate cuando aún se sentaba Robert Moreno en el banquillo.

Ese fue el día del debut de Gerard Moreno con la selección. El delantero del Villarreal fue muy aplaudido cuando entró en el campo, pero tuvo que esperar demasiado para hacerlo. Luis Enrique confía en Morata, pero lo cambió para buscar más movilidad. Entró Sarabia para que Ferran Torres ejerciera como falso «9». Sin consecuencias para el juego ni para el marcador.

Ni la defensa se abrió ni España encontró más oportunidades. Sí la tuvo Gerard Moreno con un cabezazo que desvió el portero sueco con los pies. España cambió a toda la delantera, se marcharon Dani Olmo y Torres y Oyarzabal acabó siendo el acompañante de Gerard Moreno.

Pero el acierto fue el mismo. A España le falta un delantero de confianza, alguien que garantice el gol como hacía David Villa en los viejos y buenos tiempos. Gerard Moreno es el que más cerca está de ofrecer eso, pero no ha encontrado en la selección la estabilidad que le permita ser titular.

Marcos Llorente podía acompañar llegando desde atrás, como hace en el Atlético, pero el seleccionador lo prefiere en el costado derecho de la defensa. La llegada que debía ofrecer el centrocampista rojiblanco le correspondía a su compañero Koke, que no acertó en una irrupción en el área que terminó por encima del larguero. Llorente pierde presencia en el área cuando juega en el costado, pero tampoco Jordi Alba encontró la manera llegar a la línea de fondo con la facilidad con la que lo hace en el Barcelona. Aunque de esas subidas nacieron peligrosas acciones de la selección española.

Buscó también más fluidez en el centro del campo Luis Enrique. Quitó a Rodri y entró Thiago, pero tampoco se notó demasiado. Pedri seguía estando rodeado de suecos interminables que no le permitían jugar con tranquilidad, aunque siempre saliera airoso. El canario era el debutante más joven de la historia de la selección en una Eurocopa.

Ni siquiera el ánimo de los aficionados españoles –no sólo sevillanos había en las gradas– hacía que España tuviera ese último empuje necesario para encontrar el gol. Sí lo intentó en los últimos minutos, cuando llegó con más frecuencia al área, pero los suecos sabían a lo que venían y estaban preparados.

España se encontró al presunto rival más duro en el comienzo. Pero no es sólo el resultado, son las dudas que deja. Aunque alguna certeza también queda después del debut. Unai Simón sigue siendo el portero de la Roja y Laporte es la pareja de Pau Torres en el centro de la defensa. Son dos zurdos, pero poca importancia tiene ese detalle cuando el rival casi nunca ataca cuando la defensa española está organizada.

A la Roja le quedan dos partidos para encontrar el camino.

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