Fútbol

¿Por qué el Barça presenta a Lewandowski el mismo día que se marchó Messi?

Se cumple un año de que el club azulgrana anunciará que Leo no seguía

Messi lloró en su despedida del Barcelona el 8 de agosto de 2021, tres días después de que el club anunciase que no seguía
Messi lloró en su despedida del Barcelona el 8 de agosto de 2021, tres días después de que el club anunciase que no seguíaAndreu DalmauAgencia EFE

El 5 de agosto es el día, por ejemplo, en el que Gavi cumple años, y en 2022 son 18, la mayoría de edad, y ya tiene unas cuantas batallas a sus espaldas. El 5 de agosto de 2022 es también el día que el Barcelona va a presentar a Lewandowski, el gran fichaje del verano, y no es casualidad la fecha, porque el 5 de agosto de 2021, justo hace un año, fue una jornada negra para el barcelonismo: el club azulgrana anunció que Messi, su icono, su mejor futbolista, no seguiría.

Por aquello de que un clavo saca a otro, por simbolismo, se ha elegido esta fecha para dar la bienvenida al delantero polaco, aunque la marcha de Leo e incluso la manera de hacerlo es incurable para la mayoría de culés. Y más cuando su continuidad se había anunciado a los cuatro vientos. “Lo de Leo lo soluciono con un asado”, dijo Joan Laporta cuando todavía era candidato a las elecciones. Después las ganó y la continuidad del argentino se siguió dando por hecha. El contrato le cumplió en junio y se fue a la Copa América para ganar el ansiado título con su selección sin ser oficialmente jugador de ningún equipo.

Messi se fue de vacaciones e incluso coincidió en ellas en Ibiza con algunos jugadores del PSG: sus compatriotas Di María y Paredes, Neymar y Verratti, y llegaron las bromas, que si vente, que esto, lo otro, pero no, él iba a seguir en el Barcelona... Hasta se publico la foto de todos juntos que no podía dar lugar a malas interpretaciones porque Messi iba a continuar en el Barça. Laporta anunciaba que todo iba por el buen camino e incluso empezaban a salir las cifras, que el jugador se había rebajado la ficha un 50 por ciento. El “10″ voló a la Ciudad Condal y lo que parecía que iba a ser una presentación, una fiesta, fue un “funeral”. En lo que aparentemente fueron unas horas, la situación dio un giro, los números no salían, la dramática situación del club no permitía llevar a cabo la operación, y en la tarde del 5 de agosto, la bomba: “A pesar de haberse llegado a un acuerdo entre el FC Barcelona y Leo Messi y con la clara intención de ambas partes de firmar un nuevo contrato en el día de hoy, no se podrá formalizar debido a obstáculos económicos y estructurales (normativa de LaLiga española). Ante esta situación, Lionel Messi no continuará ligado al FC Barcelona. Las dos partes lamentan profundamente que finalmente no se puedan cumplir los deseos tanto del jugador como del Club”.

Con estas palabras, se ponía fin a la historia de amor entre el futbolista que llegó de niño a la Ciudad Condal, creció allí, se convirtió en el mejor, hizo crecer al Barça y lo llevó a lo más alto junto a Xavi, Iniesta, Valdés, Puyol, Guardiola y compañía... Tres días después llegó la imagen de Messi entre lágrimas, teniendo que pedir el pañuelo a su mujer, Antonela Roccuzzo, para secárselas, y las palabras: “He hecho todo lo posible para quedarme”. La relación con Laporta acabó mal, con recelos.

Messi, que sí quiso irse un año antes, con Bartomeu de presidente, cuando lanzó la bomba del burofax, pero se quedó, según sus palabras, “para no ir a los tribunales con el club”, terminó saliendo cuando estaba convencido de seguir y de ser el líder de la nueva generación, la de los Pedri y Ansu. Adiós a 670 goles (38 la última temporada) en 776. Un daño futbolístico y moral irreparable. La primera temporada sin el argentino se cerró en blanco. La nueva esperanza de los barcelonista está en el banquillo, con Xavi, que ahora ha recuperado gol con Lewandowski.