Real Madrid

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Cuando la épica no es suficiente

El delantero portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo (c) disputa un balón con el defensa Mario Gaspar (d) y el centrocampista Manu Trigueros (2i), del Villarreal
El delantero portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo (c) disputa un balón con el defensa Mario Gaspar (d) y el centrocampista Manu Trigueros (2i), del Villarreallarazon

Tras una primera parte sin nervio, el Madrid «dejó» que el Villarreal se adelantara. Tras el descanso, empujó y dominó, pero sólo empató.

La épica es una solución de emergencia, el recurso histórico del Real Madrid cuando no salen las cosas. Decían los jugadores de las famosas remontadas que las noches del Bernabéu, de aquellos años ochenta, surgían porque en el partido de ida había ocurrido un desastre. Es decir, que las remontadas son, en realidad, la solución cuando hay otros problemas que no se solucionan. Luego dejan un gusto dulce, un sentimiento de fortaleza y de comunión con la historia. Pero si no salen, como ayer, hay que revisar, entonces, el juego del equipo.

Lo intentó ayer el Madrid durante la segunda mitad, con una intensidad que deja poca duda del esfuerzo de los jugadores. Salió del vestuario en trance, encerró al Villarreal, empató pronto, pero, a diferencia de lo que sucedió en Champions o en la Supercopa de Europa, no fue suficiente. No llegó el otro tanto, pese a la cantidad de pases cruzados y ya con la posesión de la pelota y el rival dedicándose a proteger el botín logrado antes. El día marcado para recortar puntos con Atlético de Madrid o Barcelona, el conjunto blanco se quedó corto de fútbol y la épica le llegó sólo para el empate.

Se quedó sin tiempo el Madrid, que, cuando despertó y quiso enterarse de qué iba el partido, había perdido a Marcelo, tenía un gol en contra y ya habían pasado 45 minutos. El Villarreal le durmió con su fútbol control y los blancos se dejaron adormecer, sin nervio y, a veces, de manera escandalosa, sin enterarse de lo que sucedía en el encuentro. Porque el conjunto de Escribá tampoco había hecho más de lo necesario para marcar un tanto, queriendo la pelota sin ser ofensivo, pero al final de la primera mitad se encontró con un tiro en el pie del rival y lo aprovechó para adelantarse. Fue todo un despropósito: se lesionó Marcelo, que no podía más y pidió el cambio. En vez de esperar a que Carvajal le sustituyera, el equipo de Zidane puso la pelota en juego y, de repente, descubrió que estaba jugando con diez y el que faltaba, además, era defensa. Danilo ya se había marchado a la banda izquierda y Bale tuvo que situarse de lateral. Pero en una salida del balón, Varane intentó hacer una ruleta y perdió la pelota; el Villarreal lo aprovechó, Manu Trigueros llegó al borde del área y desde ahí tiró. Aparecieron entonces Ramos y sus manos, que no sabe dónde meterlas en este comienzo de temporada y, esta vez, no pudo disimular con que había sido un golpe en la cabeza. Acabó la primera mitad y tocaba toda la segunda para la remontada.

Lo ocurrido antes había sido un hastío por parte de los dos conjuntos. El Villarreal tuvo la pelota y al Madrid no le importó porque vive feliz en las transiciones rápidas. No tuvo oportunidad de ellas durante toda la noche. No llegó al área de Asenjo y cuando lo hizo fue, sobre todo, con centros laterales, sin que nadie rompiera por el centro.

Dio Zidane descansó a Modric, el jugador que mejor interpreta ese tipo de fútbol, y lo echó de menos el equipo, pese al interés que le puso James, uno de los mejores, por fin apasionado y con una pierna izquierda que es una maravilla. El colombiano fue el que más carácter mostró antes del descanso, cuando parecía que al Madrid no le importaba que nada pasase. Ése es, en parte, el plan. Si nada se mueve, es más que probable que suceda algo en la portería en la que atacan Bale, Benzema y Ronaldo. El problema es que ninguno de los tres está en su mejor momento, imprecisos casi siempre y sin el poder resolutivo de otras veces. Como ocurrió el día de la Champions, ni el galés ni el francés acabaron el partido, sustituidos por Lucas Vázquez y Morata.

Eso ocurrió en la segunda mitad, cuando el Real Madrid ya se había transformado, como quien se despierta con un golpe y sólo tiene ganas de comerse el mundo y arrasar a quien se ha atrevido a molestarle. Así salió el Madrid, con los jugadores muy abiertos, con James en una banda y Lucas Vázquez y Carvajal en la otra poniendo balones. Acabó agotado el equipo, echando pestes del árbitro, González González, que lo aguantó todo, con el Villarreal suspirando por cada minuto que pasaba y Asenjo haciendo varias paradas decisivas. Pero no, no fue suficiente.

Ficha técnica

--RESULTADO: REAL MADRID, 1 - VILLARREAL, 1. (0-1, al descanso).

--ALINEACIONES.

REAL MADRID: Casilla; Marcelo (Carvajal, min.43), Sergio Ramos, Varane, Danilo; Kroos, Kovacic, James; Bale (Lucas Vázquez, min.71), Cristiano Ronaldo y Benzema (Morata, min.77).

VILLARREAL: Asenjo; Mario, Musacchio, Víctor Ruiz, José Angel, Víctor Ruiz, Bruno, Trigueros, Castillejo, Cheryshev (Soriano, min.64), Dos Santos (Ndiaye, min.87); y Sansone (Pato, min.72).

--GOLES:

0 - 1, min.45, Bruno, de penalti.

1 - 1, min.48, Sergio Ramos.

--ARBITRO: González González (C.Castellano-leonés). Amonestó con tarjeta amarilla a Sergio Ramos (min.45), Cristiano Ronaldo (min.69), Kroos (min.75) y Carvajal (min.93) por parte del Real Madrid. Y a José Angel (min.53) en el Villarreal.

--ESTADIO: Santiago Bernabéu.