María José Navarro

Menos mal

La realidad es que empatamos con Portugal, pero siempre nos quedará Argentina para encontrar consuelo y Brasil, que también ha empatado. Y Alemania, que ha perdido. Todo son alegrías en la vida mundialista

Aficionados argentinos optimistas después del empate en la primera jornada ante Islandia
Aficionados argentinos optimistas después del empate en la primera jornada ante Islandialarazon

La realidad es que empatamos con Portugal, pero siempre nos quedará Argentina para encontrar consuelo y Brasil, que también ha empatado. Y Alemania, que ha perdido. Todo son alegrías en la vida mundialista.

Mírenlo por la parte buena: siempre nos quedará Argentina. Que hemos empatado: siempre nos quedará Argentina. Que jugamos a algo que no se sabía muy bien si estaba bien o mal o era tikitaka o tacataca. Siempre nos quedará Argentina, que encima enseñó por la tele a Maradona fumando. Con lo mal que nos cae aquí Maradona, además. Siempre nos quedará Argentina, que si tiene ídolos parlanchines y expansivos como Maradona nos carga al hígado, pero, que si los tiene retraídos y un poco introspectivos, pues también. Qué asco Messi con lo callado que es, que es que no puedo con la gente callada. Sería mejor una mona con dos platillos, pero un muchacho que sólo habla en el campo es que no lo soportamos. A mí pónganme un estúpido engreído que esté mutando en lagarto y con la cabeza que tiene la misma materia gris de una ristra de ajos: nos encanta. Siempre nos quedará Argentina, que empató con Islandia, para darles a los argentinos lecciones.

Pero la realidad es que hemos empatado con Portugal y resulta que no conviene porque el seleccionador hizo un perrito patas arriba a la llamada del Madrid. Pero resulta que empatamos. Así que nos quedará Argentina para encontrar consuelo. Coño, y Brasil. Brasil también ha empatado. Con el equipazo que tiene Brasil. Se podían haber llevado a Diego Costa, que es un señor que se quedó con España a pesar de poder estar en un combinado que es pentacampeón, pero al que se le discute una nacionalidad y un sentimiento. Siempre nos quedará Julen Lopetegui que nunca nos ha defraudado en su compromiso con España. Bueno, ahora que lo pienso: siempre nos quedará Alemania. Madre mía, si es que todo son alegrías en esta vida mundialista. Palmando contra México en el estreno como no hacían desde el Mundial 82, habrase visto. Cómo se nota ahí la madre patria, por favó. Ese ímpetu español animando como si fuéramos uno solo. Con Argentina no, eh, con Argentina no que son peronistas en el fondo los muy ingratos, pero con México a hierro cuando gana a la Merkel. Alemania, esa locomotora de Europa con gente que, al final, viene a España como loca para comer bien y tener sol. Pobre gente, de verdad, siempre nos quedará el seleccionador alemán, Joachim Löw, que además se peina como Puigdemont.

Y además en nuestro grupo también ha perdido Marruecos. Siempre nos quedará Marruecos que tiene una camiseta preciosa, pero que palmó contra Irán, que ya ves tú Irán, que sólo tiene en sus manos cualquier juguetito nuclear. Nada, esto lo arreglamos el miércoles, o sea mañana, que le vamos a dar a los persas la del pulpo, con lo bueno que está el pulpo español, coño. Qué bonito es el Mundial de Rusia que me hace amar el fútbol sin colores, sin prejuicios, que me pone de parte de países cercanos a los que no juzgo. O lejanos, eh, porque yo no me meto. Excepto con Argentina. Menos mal que nos queda Argentina. Y menos mal que nos queda Diego Armando Maradona, che.