Opinión
Luis Enrique y la Alianza de Civilizaciones de Zapatero
Enhorabuena a la mente pensante de la Federación que se inventó al Lucho 3.0 o a Luis “Padrique”
En la Plaza de Yamaa el Fna en Marrakech; en Uarzazate, a las puertas del desierto; en alguna aldea perdida del Atlas, en las olas atlánticas de Esauira... las camisetas de la selección magrebí se multiplican. Donde antes había elásticas del Barça, del PSG o del Madrid ahora abundan las de Marruecos. El Mundial despierta patriotismos y si el rival de turno es el país vecino... Walid Regragui, el seleccionador marroquí, se ha pasado por el arco de triunfo la Alianza de Civilizaciones de Zapatero y ha reclamado el apoyo de toda África y del mundo árabe en pleno para derribar a España. Lo mismo no le hace falta tanto para protagonizar la primera sorpresa de los cruces y que una selección africana siga adelante en el torneo.
El «streamer» Luis Enrique –enhorabuena a la mente pensante de la Federación que se inventó al Lucho 3.0 o Luis «Padrique», como usted quiera– se ha retrotraído varias décadas atrás. Era una vieja costumbre, que parecía superada, lo de ver enemigos entre los medios detrás de cualquier cortina. Como si el seleccionador se viera poseído por la versión más auténtica de Javi Clemente, aunque es cierto que a algunos es difícil no mandarlos lo más lejos posible.
Entre los grupos favoritos de Luis Enrique no consta que esté Viva Suecia. Los murcianos, bastante recomendables por cierto, tienen un tema titulado «Amar el conflicto». El seleccionador lo podría firmar. «Me encuentro mucho mejor gestionando problemas, soy así de gilipollas», asegura con una sinceridad desarmante. El problema hoy se llama Marruecos, una selección que para algunos es casi el «Dream Team». Los autodenominados expertos en fútbol internacional me recuerdan al gran Antonio Díaz-Miguel y sus análisis de rivales inferiores: «Pues la selección albanesa tiene un pívot...».
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