Selección

Mundial de Qatar 2022. España tiene que aprender a jugar sin pensar

La Roja intenta no repetir ante Marruecos los errores que cometió ante Japón para alcanzar los cuartos de final

Luis Enrique da instrucciones a sus jugadores en un entrenamiento
Luis Enrique da instrucciones a sus jugadores en un entrenamientoMARTIN DIVISEKAgencia EFE

No es extraño ver un Mundial en el que una selección que empieza mal acaba siendo campeona. Hay casos extremos, como Italia en el Mundial 82, que empató sus tres partidos de la fase de grupos y acabó derrotando de forma consecutiva a Argentina, Brasil, Polonia y Alemania antes de que Sandro Pertini celebrara el título en el Santiago Bernabéu. O como España en 2010, la única selección que ha ganado el Mundial después de haber perdido el primer partido.

Más extraño es ver selecciones que comienzan bien y remontan una cuesta abajo futbolística y emocional para acabar siendo campeonas del mundo. Ese es el reto de España que comienza en el partido de octavos de final ante Marruecos.

«No es difícil. España sabe a lo que juega y sabe lo que tiene que hacer», advierte el psicólogo deportivo José Carrascosa, fundador de sabercompetir.com. «El jugador tiene que estar concentrado, centrarse en la tarea. El problema es cuando el futbolista empieza a pensar», añade. Porque los futbolistas durante el partido hacen movimientos que les salen de manera automática. El problema es cuando empiezan a pensar en el futuro o en las consecuencias que tiene lo que está pasando en el campo, como sucedió en el partido contra Japón».

«Tenemos que hacer lo que pretendemos hacer en cada partido. Tenemos muy clara la idea», explica Luis Enrique. El seleccionador no quiere apartarse del camino en el que España ha mostrado sus fortalezas, aunque eso signifique correr riesgos. Por eso, cuando le hablan de la posibilidad de dar un pelotazo, lo niega como estrategia general y lo limita como solución de emergencia para que no se convierta en costumbre. «Dando pelotazos no hubiéramos creado ninguna ocasión de gol», sentencia el técnico.

Los onces del Marruecos-España
Los onces del Marruecos-EspañaTeresa Gallardo

Luis Enrique y los jugadores han trabajado para corregir errores en estos días, pero eso no significa cambiar de forma de juego ni renunciar a sus fortalezas. «Tenemos claro cuáles son nuestras armas y dónde queremos llevar el partido. Hemos corregido situaciones de juego. El que toma las decisiones es el jugador, pero lo que me obsesiona es que el equipo lleve a cabo la idea en la que yo considero que somos mejores», asegura.

El estado anímico del seleccionador y del grupo no se han resentido después de la derrota ante Japón. «Yo estoy perfecto, en mi línea, y los jugadores, el ambiente, han ido en la misma línea de antes de comenzar la competición. Hemos hecho una reflexión más profunda de cómo ha ido la fase de grupos, los aspectos a mejorar y veo muchas ganas de ir cumpliendo el objetivo. Estamos en partidos de continuar o irte a casa, que implican una tensión mayor, pero convencidos de nuestras posibilidades», asegura Luis Enrique.

Los jugadores españoles están acostumbrados a trabajar con la ayuda de un psicólogo, pero no es necesario un trabajo intensivo durante estos días posteriores a la derrota contra Japón. «El trabajo de Joaquín [Valdés] siempre está ahí, en la victoria, en la derrota. Es constante su trabajo, pase lo que pase en el partido», dice Pau Torres. «No hay que hacer nada diferente. Si haces algo que el jugador percibe como raro es contraproducente», advierte José Carrascosa, que destaca la importancia del día de descanso para que los jugadores puedan oxigenar la cabeza.

«Es importante hablar de otras cosas, estar con la familia», explica Carrascosa. «No se puede ser futbolista 24 horas. Hay que desconectar, limpiar la mente. Hay que olvidarse del fútbol todos los días», añade. El futbolista tiene que cuidar la alimentación y la preparación, pero no pensar todo el día en el fútbol. Esos momentos de desconexión son necesarios.

«Un futbolista tiene que pensar en el partido hora y media o dos horas antes, no más. Se puede ver a grandes estrellas jugando a las cartas o relajados antes del partido», dice. Y recurre a la historia para reforzar su explicación. «En el Mundial de España, los jugadores estuvieron concentrados durante un mes o mes y medio antes, lo que unido a la presión de jugar en casa terminó siendo un desastre», recuerda.

Hay trabajo que hacer fuera del campo, pero una vez en el césped es necesario encontrar otro tipo de soluciones. «Es importante la presencia de un líder, fuera y dentro del campo. En el campo no tiene que ser el que más habla o el que más grita, sino el que pide la pelota, el que tranquiliza a sus compañeros y el que los anima cuando hace falta», explica el fundador de sabercompetir.com.

Fuera del terreno de juego España tiene un líder en el banquillo, Luis Enrique, y otro en el campo, Busquets. Falta encontrar el líder que pida siempre el balón. Quizá sea el momento de Pedri.