El "Fideo"

Mundial de Qatar 2022: Di María es el talismán en las finales para Argentina

El “Fideo” volvió de su lesión justo a tiempo para ser el protagonista de la final con un penalti forzado y un gol

Ángel Di María, en el momento de marcar el segundo gol de la final del Mundial
Ángel Di María, en el momento de marcar el segundo gol de la final del MundialFrancisco SecoAgencia AP

Media final del Mundial le había bastado a Di María para destrozar a Francia, pero en el minuto 64 se fue al banquillo y todo empezó a cambiar. El «Fideo» regresaba justo a tiempo después de la lesión que sólo le había permitido disputar ocho minutos en los partidos eliminatorios, y si Messi es el líder de esta Argentina campeona, Di María es su corazón. No hay nadie con más fe que el ex atacante del Real Madrid y el PSG, un optimista que siempre regatea al borde de la agonía y que encuentra su hábitat natural en estos partidos dramáticos con todo en juego.

Scaloni le recuperó para el último día y le mandó a la banda izquierda para que aprovecharse uno de los puntos débiles de Francia. Su misión era abrasar a Koundé, que es un central al que le cuesta mucho más jugar de lateral, y preocupar a Dembélé, que era el extremo por ese lado y que no tiene la costumbre de bajar a ayudar a su compañero de banda. Cuando lo hizo fue peor para Francia, ya que primero se comió el autopase y después cometió un penalti de lo más imprudente.

Messi, cada vez que levantaba la cabeza buscaba a Di María en esa esquinita izquierda del ataque argentino donde empezó a ganarse la final. Porque el show de el «Fideo» se completó después cuando su zurda culminó el contragolpe del 2-0, cruzando el balón ante la salida de Lloris. Un nuevo tanto en un partido decisivo con Argentina para el Rosarino, que hizo el gol de la victoria de la albiceleste olímpica en la final de Pekín 2008 ante Nigeria y que ha marcado el día en que su selección ha ganado los tres últimos títulos. Anotó el gol que desequilibró la final de la Copa América ante Brasil en Maracaná, el día que Messi se liberó por fin de la carga de no haber levantado ningún trofeo con su país, y también vio portería en la Finalissima ante Italia, donde los de Scaloni derrotaron claramente a la campeona de Europa.

No faltó a su cita en el Lusail Stadium, aunque lo justo que llegaba físicamente le hizo perderse todo lo que sucedió después de la hora de juego. Las dos remontadas de Francia y la tanda de penaltis. Todo lo vivió sentado, con lágrimas en los ojos tanto cuando parecía que Argentina iba a ser campeona como cuando se temía todo lo contrario. Lloraba como un niño a los 34 años, con 687 partidos jugados con sus clubes como profesional y 129 con la selección absoluta argentina. En este Mundial estuvo en los tres de la fase de grupos como titular, se perdió el de octavos contra Australia y la semifinales frente a Croacia. Sólo entró al final en cuartos con Países Bajos y ayer reapareció porque alguien con su carácter no podía perderse un día tan importante.

Scaloni lo estaba esperando y volvió al esquema más habitual para darle entrada por la izquierda, dejando de lado los tres centrales o los cuatro centrocampistas. «Es un momento para que disfrute la gente, todavía no nos damos cuenta de lo que hicimos. Estamos acostumbrados a que nos golpeen, la remontada es mérito de Francia, pero es un disfrute estar en la cima, algo único. Mis padres me enseñaron a ir adelante y hoy dio frutos», decía emocionado Scaloni, que se colocó a la altura de Menotti y Bilardo.