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Fútbol

Las cinco frases de coaching de Ancelotti para llevar al éxito al Madrid y a cualquier empresa

El entrenador del finalista de la Champions es un experto en motivar y liderar grupos para sacar el máximo rendimiento de todos. Un ejemplo para la alta dirección

Entrenamiento Del Real Madrid. El entrenador Del Real Madrid Carlo Ancelotti. El equipo prepara el partido de la final de la Liga de Campeones que los enfrentará ante el Liverpool el próximo 28 de mayo en París.
Entrenamiento Del Real Madrid. El entrenador Del Real Madrid Carlo Ancelotti. El equipo prepara el partido de la final de la Liga de Campeones que los enfrentará ante el Liverpool el próximo 28 de mayo en París.Alberto R. RoldánLa Razón

«Lo que más me asustaba era tener que poner la cara frente a los jugadores y hablar con ellos con regularidad. Si los jugadores te respetan mucho, tienes que hablar por ellos y con ellos. Esperan que sea perfecto porque eres el jefe, pero es nuevo para ti», recordaba Carlo Ancelotti sus primeros días en la Reggiana, cuando comenzó su carrera como entrenador. «No estás acostumbrado a estar en esta posición, donde tienes las carreras de los demás en tus manos. Comprender y aceptar que yo era el jefe era muy difícil para mí. Conocía mis propias insuficiencias, mis propias vulnerabilidades, y no podía creer que los demás no pudieran ver eso», continúa en el libro «Liderazgo tranquilo», donde resume su filosofía de trabajo, el modo en el que un entrenador y cualquier ejecutivo tiene que liderar los grupos para conducirlos al éxito, eso que ha llevado a cabo en este Real Madrid de una manera ejemplar para darle LaLiga y jugar el sábado la final de la Champions contra el Liverpool. «Tu trabajo no es motivar a los talentos –ellos deben encontrarlo dentro de sí mismos–, tu trabajo es no desmotivarlos», dice.

«En el liderazgo hay que estar cercano al jugador, a que se abra, a que cuente un tema personal, pero hay que tener claro que es el jugador quien lo decide», asegura Juan Carlos Álvarez Campillo, experto en liderazgo y coaching, que ha trabajado con muchos deportistas y entrenadores y ve en Ancelotti un experto en motivar grupos. «Él trata al futbolista como una persona, además de como jugador, y le escucha y le entiende, pero mañana en el entrenamiento, por el bien del equipo, le exige», valora el trabajo del entrenador del Madrid y su manera de manejar a las personas que tiene a su cargo. Es un ejemplo a seguir para todos aquellos que dirigen grupos.

«La lealtad está en el centro de las relaciones. Debe ser difícil entrar en una familia, pero aún más difícil ser excluido», repite Ancelotti en su libro acerca de cómo integrar a todo el grupo. Por eso, cuando terminó LaLiga, lo celebró con los jugadores, subido en el autobús y fumándose un puro, porque, como reconoció después, estaba con amigos. Una de las frases que más ha repetido a lo largo de esta temporada es que no ha tenido ningún problema con nadie y menos con los que no juegan. Si el ambiente del vestuario ha sido el mejor lugar para trabajar se debe, según el entrenador, a «los jugadores que han jugado menos». Podía haber tenido rencillas con Gareth Bale o con Isco o con Marcelo, pero no los ha generado y cuando algún jugador, como Ceballos o Kroos, han protagonizado un gesto feo por un cambio, Ancelotti se ha tomado su tiempo para responder y después lo ha hecho con naturalidad, asumiendo el enfado del futbolista sin darle más vueltas.

«Su liderazgo se basa», continúa Juan Carlos Álvarez, «en que tiene una visión de lo que quiere conseguir con el equipo. Son cuatro puntos: identidad, personalidad, normas y comunicación. Para eso tiene diálogo y una comunicación abierta con los jugadores, que se sienten valorados, porque conflictos siempre va a haber, pero Ancelotti no sentencia, razona. Crea un buen ambiente en el grupo, para que se vea que es más grande el espíritu de todos que el talento del jugador».

Ancelotti sabe que ese es su fuerte, las conexiones que consigue trazar en un vestuario, pero resulta que también es su debilidad: «Por lo que me contratan es por mi capacidad para calmar la situación en un club mediante la construcción de relaciones con los jugadores, que es una de mis mayores fortalezas. En una etapa posterior, ese ya no es el enfoque que quieren y la relación con los propietarios, no con los jugadores, sino con los propietarios, comienza a empeorar. Me contratan para ser amable y tranquilo con los jugadores y luego, a la primera señal de problemas en el camino, ésa es la característica que señalan como el problema», reconoce en su libro y da un mensaje definitivo: «Haz tu trabajo lo mejor que puedas y deja que los demás te juzguen porque de todos modos lo harán».

No va a cambiar porque así es como le ha ido bien, pese a las sospechas que levanta el líder que no es autoritario. «Ancelotti busca el consenso, el integrar, porque si creen en ti los resultados serán sostenibles», continúa Juan Carlos Álvarez. «Un jefe autoritario puede conseguir resultados a corto plazo, pero no serán sostenibles porque no consigue que la gente le siga. Si exprimes al máximo, al final terminas quemando a las personas con la que tienes que trabajar. Si cultivas, todos ellos crecen contigo y la mayoría te seguirá», asegura. Por ejemplo, hasta la final de la Champions.