El Madrid, la Copa del Rey y el trabajo que espera en los despachos de Valdebebas

Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros abandonaron presurosos el palco del Martín Carpena en cuanto cumplieron con sus obligaciones institucionales para estar en la pista, en la celebración cerca de los jugadores. Próximos al banquillo del Madrid, donde en unos minutos se podía haber montado un jardín de infancia, los dos responsables de la sección empezaron a repartir abrazos sin excepción. Toda la plantilla disfrutaba del momento, aunque alguno como Mario Hezonja lo hacía con una frialdad casi como si siguiera vistiendo de azulgrana. El croata es uno de los ocho jugadores de la plantilla de Chus Mateo que terminan contrato el próximo mes de junio. Llull (36 años), Sergio Rodríguez (37), Causeur (36), Rudy (38), Hezonja (28), Tavares (31), Poirier (30) y Ndiaye (19) pueden convertirse en agentes libres el 30 de junio.

El caso del croata en la Copa es el mejor ejemplo de todo el trabajo que tienen por delante en los despachos de Valdebebas. Hezonja se convirtió en el final de la pasada temporada en un jugador determinante para el equipo. En el cruce de cuartos ante el UCAM Murcia en la Copa fue el mejor con Campazzo y eso pese a un encontronazo que tuvo con Llull y que el capitán resolvió con una charla en el banquillo tapándose la boca con la mano. Ante el Valencia en semifinales aportó poco en los 15 minutos que estuvo en pista. Llull le mimó en el entrenamiento previo a la final. Sentados ambos en una silla del banquillo, Hezonja lanzó un triple, lo metió y recibió el abrazo de su compañero. Luego, en la final, fue el jugador más determinante del Madrid cuando mejor estaba el Barça. Sus 12 puntos en menos de ocho minutos del segundo cuarto mantuvieron a flote al equipo en un momento complicado. El «problema» es que no volvió a pista hasta que faltaban 3:23 y el Madrid ya estaba siete puntos arriba con lo que no tuvo protagonismo. Y eso es lo que necesita Hezonja para sentirse a gusto, lo que tuvo el curso pasado sobre todo en el tramo final de la Euroliga. Ahora le quiere media Europa, en lugares en los que sería casi un jugador franquicia y ganando bastante más que en el Madrid. Panathinaikos –su agente es griego– donde ya jugó o Partizán –club del que se ha declarado fan por delante de la Cibona de su país– son dos de los clubes que pujarán por él. Pero hay más.

En plena celebración, un buen número de hinchas madridistas gritaban aquello de «Tavares, quédate». El pívot sigue sin renovar y en la Copa ha estado muy lejos de ser lo que ha sido en las últimas temporadas, el pívot más determinante de Europa. Él y su familia están encantados en el club y en la ciudad. Va a ser padre por segunda vez en breve, pero la renovación sigue sin producirse para inquietud de todo el mundo.

El que sí tenía todas las expectativas de continuar antes de la Copa era Poirier y su torneo en Málaga no ha hecho más que ratificarlas. Más allá de sus números (11,3 puntos, 6 rebotes y 2,3 tapones en 21 minutos), su papel en la final resultó determinante para que el Madrid levantara el título. Fue el MVP en la sombra del torneo y su renovación se da por hecha.

Otra cosa muy diferente es el perímetro del equipo. Causeur, que no jugó en la final ni en la semifinal, no va a continuar, pero se confía en que todavía sea útil. El francés va todas las temporadas de menos a más y siempre acaba siendo importante. Para el trío de leyendas del baloncesto español, el desenlace del partido ante el Barça fue revelador. Sólo Llull apareció 1:07 y cuando el partido estaba ya decidido. Todo apunta a que Rudy podría decir adiós a final de temporada y retirarse después de los Juegos. El «Chacho» es una incógnita y el capitán, figura capital en el vestuario, podría continuar, aunque su protagonismo cada vez será más reducido. El que continuará es Musa, su agente estaba en primera fila en Málaga.