Opinión

El Madrid y la dispersión

No es habitual que el equipo blanco malgaste energías en cuestiones menores

RABAT (MARRUECOS), 11/02/2023.- El delantero del Real Madrid Vinícius Jr. celebra su gol durante la final del Mundial de Clubes que Real Madrid y Al Hilal disputan este sábado en el estadio Príncipe Moulay Abdellah, en Rabat. EFE/Julio Muñoz
Vinicius celebra uno de sus goles en la final del Mundial de clubesJulio MuñozAgencia EFE

El Real Madrid se ha alejado de su día a día en la Liga y ha regresado de Rabat con un Mundial de clubes para unos o un Mundialito para otros. En cualquier caso, otra copa que alimenta la sala de trofeos de un Santiago Bernabéu cada vez más protagonista en La Castellana. Ante un equipo egipcio y otro saudí, cierto, pero el grupo de Ancelotti ha terminado dos competiciones este curso, recuerden la Supercopa de Europa, y en ambas ha levantado el título de turno. Una de las virtudes históricas del Madrid como club es que no tiende a la dispersión cuando llega lo importante. No es habitual que malgaste energías en cuestiones menores. Y si lo hace es capaz de regenerarse para dar la talla cuando no hay otra alternativa.

Su pecado en una Liga que el Barça está empeñado en liquidar cuanto antes ha sido desenfocarse en el arranque del año. Demasiada oferta es una invitación al despiste. El partido del Barcelona en Villarreal ha ratificado que la mejor palanca de los azulgrana este año es la presencia de Ter Stegen en la portería. La temporada del alemán es la mejor prueba de los réditos que da vivir centrado. Cero estridencias y siete goles encajados en 21 partidos, un registro que cuesta recordar en el Camp Nou.

Habrá que ver cómo retoma el Madrid el regreso a la rutina liguera con los retos que se avecinan en el final del invierno. Lo del Elche y sin Vinicius suena a snack con cervecita antes de empezar un menú de los buenos. Los grandes nombres –visita a El Sadar, octavos de Champions con el Liverpool, derbi, Real Betis, semifinales de Copa con el Barcelona...– son un elemento motivador para un grupo que necesitaba un impulso como el del último título después de los titubeos ligueros.

La realidad es tan vertiginosa que del Mundial de Qatar se acuerda uno de los protagonistas de la película «Argentina, 1985» en la gala de los Goya y pocos más. Lo de Djokovic en Australia, el bronce de España en el Mundial de balonmano, el récord de LeBron James... tipos que no tienden a la dispersión.