Amarcord olímpico

La medalla olímpica que dejó de brillar 104 años después

El COI retiró a Pedro Pidal la plata en tiro de pichón de París 1900 por cobrar un premio en metálico, pero el COE litiga por su restitución

Pedro Pidal
Pedro Pidal y Bernaldo de QuirósLR

Primer marqués de Villaviciosa de Asturias, Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós fue uno de esos personajes novelescos que vivieron a caballo entre el clasicismo decimonónico y la sed de modernidad que trajo el siglo XX. Gijonés de Somió, fue amigo de correrías de Alfonso XIII, diputado y senador vitalicio, además de un destacado abogado, naturista que impulsó la creación de los Parques Nacionales y entusiasta «sportman» que practicó diversas disciplinas. En París 1900, los segundos de la Era Moderna, cuando era casi un «anciano» de 30 años, ganó la primera medalla olímpica para España... o tal vez no, porque aún hoy se sigue discutiendo al respecto.

Don Pedro, pionero de la escalada deportiva que pasó a la historia por ser el primero en conquistar la cima del Naranjo de Bulnes, viajó a París en el verano de 1900 para disfrutar la Exposición Universal y sin intención alguna de participar en los Juegos Olímpicos hasta que se enteró de que en el parque de Bilogne-Billancourt se organizaba una competición de tiro de pichón abierta a todo participante que pagase 20 francos y dispusiese de una escopeta. Cazador avezado como era, allí que se plantó para derribar 21 aves en tiros consecutivos, gesta que sólo superó el australiano Donald McIntosh, que mató 22 pájaros y fue el único que recibió un trofeo: una placa de bronce diseñada por el escultor Frederic de Vernon. El acompañante de ambos en el podio virtual fue el estadounidense Edgar Murphy.

Al día siguiente, en vista del éxito de participación, se repitió la competición, pero se decuplicó la tasa (200 francos) y no consta que el marqués participase, quizá por tacañería o, a lo mejor, porque se sintió colmado de gloria olímpica con el diploma que le dieron en la víspera distinguiéndolo como «el mejor tirador de su país». En esa segunda prueba, ya con mucho más dinero en juego, McIntosh sólo pudo ser tercero ante la pericia de cazadores de recompensas como el belga Leon Lunden y el francés Maurice Fauré, que acreditaron mejor puntería. Precisamente por la sospecha de que los tiradores habían recibido dinero (los diarios de la época hablan de la astronómica cifra de 10.000 francos para el ganador), el Comité Olímpico Internacional siempre tuvo reparo en oficializar la medalla del aristócrata asturiano.

La desposesión de la medalla olímpica atribuida durante más de un siglo a Pedro Pidal y Bernáldez de Quirós se produjo en 2004, a raíz de un monumental trabajo de investigación de Bill Mallon, ex jugador profesional de golf, cirujano e historiador olímpico. Tras los Juegos del Centenario de Atlanta (1996), el COI le encargó la reescritura del palmarés de los Juegos de la Era Moderna, cuyas primeras ediciones fueron un dechado de voluntarismo, pero adolecieron de deficiencias organizativas. El medallero de París 1900, por ejemplo, sufrió una poda formidable, ya que sólo 82 competiciones fueron calificadas como «olímpicas» de las 163 que se organizaron en la capital francesa entre el 14 de mayo y el 28 de octubre, en el marco de la Exposición Universal. Mallon suprimió los certámenes de tiro al pichón al considerar los premios en metálico que recibieron los finalistas contrarios a los valores del olimpismo. El COE sigue contando a Pidal entre sus medallistas.