Tenis

El peor enemigo de Alcaraz y de todos los tenistas en el US Open

Medvedev asegura: "No podéis imaginar el calor. Un jugador va a morir (algún día). Y (entonces) lo verán".

Medvedev, con toallas de hielo por el agobiante calor
Medvedev, con toallas de hielo por el agobiante calorCJ GUNTHERAgencia EFE

Danil Medvedev ya está en semifinales del US Open. Resolvió en tres sets su partido con Rublev por 6-4, 6-3 y 6-4 en dos horas y 47 minutos. El ruso sufrió casi más por el calor que por la resistencia de su compatriota. En el tercer set se dirigió directamente a una cámara: "No podéis imaginar el calor. Un jugador va a morir (algún día). Y (entonces) lo verán". Como en los últimos días, el partido en turno de mañana se disputó con un tremendo calor: 34 grados, 50 por ciento de humedad y 37 grados de sensación térmica en la pista.

Medvedev tuvo que pedir en dos ocasiones la asistencia de los servicios médicos por problemas respiratorios y en ambos parones usó un inhalador. "Fue brutal. Lo única cosa buena que veo de estas condiciones es que ambos jugadores sufren (...). Fue duro para los dos", señaló resignado tras la victoria. "Honestamente, al final del primer set como que no podía ya ver la bola", dijo Medvedev al explicar que se tuvo que dejar llevar por "las sensaciones" y el instinto para intentar cazar cada pelota. "Estábamos cansados todo el tiempo. Son condiciones brutales, súper difícil para ganar", apuntó.

Tras el partido, Medvedev retomó este asunto en una rueda de prensa y aclaró que su intención es lanzar un mensaje de advertencia antes de que suceda algo grave. "La única cosa, digamos, peligrosa es la pregunta de cuánto de lejos podríamos ir. Quizá hasta cinco sets y estaría bien en el sentido de que tendríamos unos pocos problemas al día siguiente y estaríamos bien. O quizá tener una persona como Yibing Wu, que se desplomó en Washington", comentó en referencia al tenista chino que se desmayó este verano jugando en la capital estadounidense.

Medvedev reconoció que es difícil encontrar una solución a esta situación y admitió que ideas como jugar todos los partidos de noche, suspender el torneo unos días o disputar encuentros a tres sets cuando hace mucho calor también tienen sus contras. "No tengo soluciones reales, pero es mejor hablar un poco sobre esto antes de que algo suceda. Siempre es mejor", afirmó.

En las últimas jornadas ha sido muy habitual ver a los jugadores sudando muchísimo, ver parones con toallas refrescantes con hielo, beber agua y otros líquidos y frecuentes cambios de camiseta para tratar de soportar el calor lo mejor posible. Incluso la medida de cerrar el estadio resulta contraproducente. Es cierto que el calor baja, pero la humedad aumenta.

El Zverev-Sinner de octavos con cuatro horas y 41 minutos fue el partido en el que más se evidenciaron las exigentes condiciones climatológicas. Ambos jugadores tuvieron que lidiar con calambres, molestias físicas y signos evidentes de agotamiento. Un estudio de "The Nerw York Tennis" asegura por ejemplo que Frances Tiafoe se cambia de media cinco veces de camiseta por duelo. Las previsiones apuntan que las condiciones van a seguir igual al menos hasta que el sábado lleguen las lluvias y un descenso considerable de las temperaturas.