Ciclismo

La última victoria de Bahamontes

El ganador del Tour de 1959 fue homenajeado en Toledo donde se creará un Museo de la Bicicleta

Misa funeral en Toledo por Federico Martín Bahamontes
Misa funeral en Toledo por Federico Martín BahamontesIsmael HerreroAgencia EFE

Dio igual que en el Miradero de Toledo, el escenario en el que está la estatua de Federico Martín Bahamontes, la temperatura a última hora de la tarde del martes rondara los 40 grados. Una fila interminable de ciclistas seguía en peregrinación el coche fúnebre que trasladaba al pionero de los pioneros del deporte español. La procesión con numerosos miembros del Club Peña Bahamontes de Toledo se detuvo en la escultura y el ganador del Tour de 1959 se llevó una sentida ovación.

La capilla ardiente para despedir al «Águila de Toledo» quedó instalada en la Sala Capitular del Ayuntamiento de la capital y desde ese momento miles de personas han homenajeado a Bahamontes. El féretro llegó procedente de Valladolid y fue recibido por el alcalde de la ciudad, Carlos Velázquez, y el concejal de Deportes, Rubén Lozano, en la Puerta de Bisagra. «En esta última etapa que recorre hasta el cielo, también le recibe la ciudad de Toledo de la mejor manera y a la altura de una leyenda y del mito en el que se ha convertido», afirmó el alcalde. Velázquez apuntó que el Ayuntamiento trabajará para que el Museo de la Bicicleta de Bahamontes sea una realidad «lo antes posible y como él quería».

Al paso de dos maceros y a hombros de ocho ciclistas, Bahamontes entró en la Casa Consistorial y el féretro quedó expuesto en la Sala Capitular. Sobre el ataúd, las banderas de España y de Toledo, además de la Gran Cruz al Mérito Deportivo que le fue concedida por el Consejo Superior de Deportes.

La capilla ardiente, con multitud de coronas enviadas por las distintas administraciones, el Ayuntamiento de Val de Santo Domingo, localidad natal del ciclista, así como de La Vuelta, el Tour y el CSD, estuvo abierta hasta la medianoche y reabrió a las 08:00 con un trasiego incesante de gente.

El ministro de Cultura y Deportes en funciones, Miquel Iceta, fue una de las personalidades que rindió honores a Bahamontes. «Ha dejado una huella imborrable en la ciudad, en España y en el mundo. Hizo Europa antes de que nuestro país ingresara en la Unión Europea, nos hizo confiar en el deporte y en nuestra capacidad de resistencia», señaló. «En años difíciles para España, en los deportistas hay una luz y en ese sentido Federico será recordado para siempre. Fue un ejemplo de seguir adelante en pendientes muy escarpadas, pero sin cesar en el esfuerzo y buscando siempre la victoria», señaló el ministro. «Lo que tenemos que hacer ahora es unirnos en su recuerdo, comprometernos en seguir adelante como él lo hubiera hecho», dijo Iceta.

Miguel Induráin y Carlos Sastre, dos de los siete ganadores españoles del Tour, también homenajearon a Bahamontes en Toledo. «De carácter éramos diferentes, él era más explosivo, pero nos apañábamos bien, teníamos una buena relación. En Francia le siguen recordando», comentó el navarro. «Su forma de correr era más estilo película, más atacante, más escalador, pero siempre daba consejos. Que si el aire, el moverte en los abanicos, el calor, todo. Luego si le hacías caso bien, y si no, no le importaba», afirmó Miguelón con una sonrisa.

Sastre le recordaba como «un padre o un abuelo. Era alguien entrañable que te contaba esas hazañas, esa parte de fábulas y esa parte de verdad».

Por la tarde, el féretro fue trasladado a la Catedral Primada donde el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ofició la misa funeral para luego ser enterrado en el cementerio municipal de la capital, de la que es Hijo Adoptivo.