Despedida
El último partido de Megan Rapinoe, más símbolo que futbolista
La estadounidense pone fin a su carrera en la que lo ha ganado todo, pero
en la que ha destacado aún más por su lucha por la igualdad fuera del campo
Megan Rapinoe se despide y con ella se marcha la jugadora más importante de las últimas décadas dentro y fuera del campo. Los números dicen que ha sido dos veces campeona del mundo, oro olímpico en los Juegos de Londres 2012 y Balón de Oro en 2019. Pero su importancia va más allá de lo que ha conseguido sobre el campo.
Rapinoe ha sido y es un símbolo de la lucha por los derechos de las minorías, del colectivo LGTBI al que ella representa, pero también de la lucha contra el racismo. Fue una de las primeras deportistas en solidarizarse con Colin Kaepernick, el quarterback de los San Francisco 49ers que pagó con el final de su carrera el atrevimiento de arrodillarse durante el himno estadounidense para reclamar la importancia de las vidas de los negros. El Black Lives Matter encontró uno de sus apoyos en esta mujer blanca que comenzó a jugar al fútbol acompañada de su hermana gemela, Rachael, y que llegó a ser la mejor del mundo.
Megan fue también una de las impulsoras de la lucha por la igualdad en la selección estadounidense. Las ventajas económicas del equipo masculino sólo se sostenían por una inercia machista que Rapinoe y sus compañeras consiguieron vencer con argumentos indiscutibles en lo deportivo y en lo económico. Sus resultados y su rentabilidad económica eran y siguen siendo mejores que los de sus compañeros.
Rapinoe se marcha con la pena de caer en octavos de final en el pasado Mundial y de ser una de las jugadoras que fallaron su lanzamiento de penalti en la tanda decisiva. Pero se va contenta por todo lo que ha conseguido en el camino. «Estoy feliz por formar parte del crecimiento del deporte femenino y por dejarlo en un sitio mejor que el que me encontré», asegura en su despedida. «Estoy muy orgullosa de todo lo que hemos hecho en el campo. Hemos sido una generación de jugadoras realmente especial. Creo que dice mucho de nosotras que a pesar de todo lo que hemos conseguido en el campo es muy superior lo que hemos logrado fuera», añadía antes de enfrentarse a Sudáfrica en el partido que le sirve de despedida en Chicago, la ciudad conde empezó su carrera.
«Aproveché al máximo mi talento y me he divertido mucho. Siento que me voy en paz y que he hecho las cosas como quería», asume con orgullo. Su labor en la lucha por la igualdad fuera reconocida el año pasado con la Medalla de la Libertad, la mayor distinción civil que puede recibir un ciudadano estadounidemse. Con Rapinoe se despide una era.
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