Boeing

A Boeing le falla hasta su nave espacial

Su primera unidad de prueba no llegará a la Estación Espacial Internacional al no alcanzar su órbita por problemas técnicos

Sumida en una profunda crisis desde hace ya casi un año por el accidente de dos de sus aviones 737 MAX, Boeing había depositado muchas esperanzas en su proyecto espacial. Si no para darle la vuelta a sus problemas, sí al menos para lograr una inyección de optimismo. Pero 2019 se ha confirmado como uno de los peores, sino el peor al año de su historia y se va a cerrar con otro fracaso. La nave reutilizable CST-100 Starliner de la compañía, que ha despegado este viernes desde Cabo Cañaveral (Florida) en un primer vuelo de prueba sin tripulación, no ha podido colocarse en la órbita correcta debido a problemas técnicos y no llegará a la Estación Espacial Internacional (EEI) en esta misión. Jim Bridenstine, administrador de la NASA, ha dicho en una conferencia de prensa que se ha descartado intentar que la nave llegue a la EEI, el objetivo de la misión junto con un regreso seguro a la Tierra. “La nave está en una órbita segura y ahora se trata de trabajar para que en unos dos días pueda salir de ahí y aterrizar en White Sands, en el desierto de Nuevo México", ha dicho, según informa Efe.

En una conferencia de prensa en el Centro Kennedy de Cabo Cañaveral, directivos de la NASA, Boeing y United Launch Alliance y los astronautas que viajarán en un eventual primer vuelo tripulado de Starliner se han esforzado en transmitir optimismo. Sin embargo, a tenor de la información que han facilitado, las cosas no salieron bien después del lanzamiento, que sí fue exitoso. La CST-100 Starliner despegó a las 06:36 hora local (11.36 GMT) de Cabo Cañaveral a bordo de un cohete Atlas V de la United Launch Alliance (ULA). Después de que la nave se despegara del cohete, a la media hora del lanzamiento, se presentaron los problemas, que, según han dicho los expertos de la NASA, tienen que ver con el “reloj”, el sistema de control del tiempo de la nave. Eso hizo que la nave se desacompasara y que no pudiera insertarse en la órbita requerida para encontrarse con la EEI.

“Muchas cosas han salido bien” en este vuelo, ha afirmado Bridenstine, quien ha recalcado que era un vuelo de prueba y estaba pensado para “aprender” de cara a los futuros vuelos tripulados de la Starliner, un argumento esgrimido también por los directivos de Boeing y ULA presentes en la conferencia de prensa. Todos ellos han destacado el “estupendo trabajo” de los centros de control en Tierra, que han tomado las “decisiones correctas” cuando se presentó el problema, cuyas causas aún están por determinar. También han subrayado que el resultado de este primer vuelo de prueba no va a afectar al Programa Comercial Tripulado de la NASA, que tiene como objetivo reanudar mediante una alianza con empresas privadas los viajes al espacio desde territorio de Estados Unidos y con astronautas y naves fabricadas en el país, algo que no sucede desde 2011.

Boeing recibió en 2014 de la NASA 4.200 millones de dólares, por los 2.500 que recibió el fundador de Tesla, Elon Musk, para su proyecto SpaceX; para desarrollar cápsulas espaciales capaces de transportar astronautas a la estación espacial desde suelo americano por primera vez desde que el programa de lanzaderas americanas fuese cancelado en 2011. En principio, estaba programado que los primeros viajes tripulados tuvieran lugar en 2017. Pero problemas tanto con el diseño como de seguridad han retrasado ambos programas.