Igualdad de género
La brecha salarial cuesta a cada mujer 5.784 euros al año
Dejan de ganar 1,5 billones de euros a lo largo de su carrera laboral. Siete de cada diez trabajadores que cobraban el SMI eran mujeres
«No es una brecha salarial, es una discriminación», denuncia Cristina Antoñanzas, vicepresidenta general de UGT. Pese a estar más formadas que sus compañeros, las mujeres españolas siguen sufriendo mayor precariedad, más temporalidad y están peor pagadas que los hombres sin que exista «ninguna variable» que justifique esa diferencia. La marea morada extiende sus reivindicaciones durante todo el año. Por ello, con motivo del Día internacional de la igualdad salarial –22 de febrero–, UGT ha publicado un informe, según el cual, cada mujer de las 7,5 millones de asalariadas, cobró de media 5.783,99 euros menos que los hombres en 2017. Así, y con datos del INE, las mujeres dejan de ganar más de 43.000 millones al año, un 3,6% del PIB anual. Si esta cifra se multiplica por los 35 años de vida laboral, el dinero «perdido» supera los 1,5 billones de euros, superior al PIB de 2019 y una cantidad por la que además no se cotiza ni a la Seguridad Social ni se paga a Hacienda.
«Las mujeres seguimos ocupando la banda más baja de los salarios», señaló Antoñanzas. En concreto, la brecha salarial en España se situó en el 21,9% en 2017, 0,43 puntos menos que en 2016, lo que lo acerca a los datos de 2008 (21,87%). Según el estudio, la brecha salarial es más alta en los contratos indefinidos (23,45%), que en los temporales (11,18%) y en la jornada a tiempo completo (11,49%) que a tiempo parcial (7,71%). Por sectores, la diferencia más alta se situó en las actividades administrativas y servicios auxiliares, donde «las mujeres perciben un tercio del salario menos que sus compañeros varones». Mientras, las industrias extractivas fueron el único sector donde las mujeres cobraron más que los hombres (un 9,75% más) por su mayor presencia en puestos de elevada cualificación. En el caso de las administraciones públicas, la brecha salarial de género de sitúa en un 14%, ya que los puestos de trabajo que mayoritariamente ocupan los hombres llevan asociados completos que se perciben por la realización de guardias, disponibilidad, trabajo en fin de semana o festivos. En el sector público, las contrataciones temporales y a tiempo parcial recaen sobre las mujeres, lo que se traduce en peores condiciones para la prestación de desempleo y las pensiones.
Aquí entra en juego otro factor: el techo de cristal. Una barrera invisible que solo permite a un 1,81% de las trabajadoras llegar a ser directoras o gerentes, frente al 3,81% de los hombres con la misma ocupación. “Queremos romper con los falsos mitos de la brecha salarial, como que las mujeres estamos menos formadas”, lo que podría limitar la promoción profesional. De hecho, “el 46% de las mujeres con empleo en 2017 tenía un título universitario, mientras en el caso de los hombres era el 37%”, dijo la vicepresidenta general de UGT. En este sentido, Antoñanzas denunció que el 69% de las trabajadoras que cobraran el SMI –que en 2017 ascendía a 707 euros– eran mujeres; mientras, por cada tres hombres que cobraban más de 89.170 euros, había solo una mujer. Ante este escenario, el sindicato mostró su satisfacción por las últimas subidas del SMI de las que estas mujeres serán, supuestamente, las “grandes beneficiadas”.
“La brecha se resiste a bajar”, incidió la vicesecretaria general de UGT. Para atajar la grieta que aún separa a ambos géneros, el sindicato exige una Ley de Igualdad Salarial negociada y acordada con los interlocutores sociales y con un presupuesto suficiente. Asimismo, en el marco de esa norma, defiende la creación de Comités de Brecha Salarial de Género y la figura de la Delegada de Brecha Salarial; un desarrollo reglamentario exhaustivo de las Auditorías Salariales; y medidas que permitan la equiparación de los mismos derechos del trabajo a tiempo completo para el trabajo a tiempo parcial. También reclama una mayor promoción de mujeres en todos los sectores de actividad; la creación de Escuelas Infantiles de 0 a 3 años de carácter público, gratuito y de calidad, así como reforzar un sistema de cuidado de calidad.
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