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El turismo da por perdido el verano por los rebrotes

"Hay una crisis enorme de confianza producida por los nuevos brotes", denuncian los hoteleros

Dijo la semana pasada el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que España “es un lugar seguro” para los turistas pese a los rebrotes de las últimas semanas, de los que siguen activos más de 200 focos. Pero en el sector turístico, quizá el más castigado por la pandemia de coronavirus, han acogido sus palabras con notable escepticismo. Muchos operadores confiaban en que el fin del estado de alarma, hace ya más de un mes, iba a suponer un revulsivo para las empresas (hoteles, agencias de viajes, líneas aéreas...), que soñaban con levantar cabeza siquiera para salvar algunos muebles del incendio provocado por la Covid-19. Lejos de eso, los rebrotes están provocando centenares de anulaciones y cancelaciones, y si las autoridades políticas y sanitarias no los atajan, podrían ser la puntilla que remate a la gallina de los huevos de oro de nuestra economía. La propia ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, admitió el pasado miércoles que se están produciendo cancelaciones “en algunos destinos” turísticos ante la «inseguridad» que generan los rebrotes. “Espero que las cifras vayan mejorando a medida que controlamos los rebrotes”, añadió, pero éstos, lejos de disminuir, se multiplican cada día.

“Los rebrotes nos perjudican muchísimo, porque al final todo tiene que ver con la confianza, el miedo y la crisis económica. Y lo que hacen los rebrotes es agravar esa situación”, se queja Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV). “Eso desanima mucho a la gente, que piensa: ‘Oye, pues ya iremos más adelante’. Los rebrotes están teniendo muchísima incidencia y están provocando muchas cancelaciones, y lo que necesitamos es todo lo contrario: que haya una vacuna o algún otro revulsivo que devuelva la confianza a la gente. Los rebrotes son una publicidad muy negativa y tienen una incidencia directa, sobre todo en los lugares donde hay focos, porque a la gente le da miedo ir. El cliente que tiene un poco de miedo y ve que hay rebrotes, pues pospone y cancela el viaje”. Garrido prefiere no aventurarse a dar una cifra de cancelaciones, pero asegura que, en lo que va de julio, las empresas del sector están facturando un 80% menos que en el mismo periodo del pasado año.

”Nosotros pensábamos que cuando se levantara el estado de alarma y se pudiera viajar, la gente se animaría a hacerlo, pero desgraciadamente no ha sido así. La reactivación está siendo muy, muy lenta”, prosigue Garrido. “Y con respecto al mes de agosto nos sentimos pesimistas a estas alturas, porque hay muchos factores que influyen, como el restablecimiento de la actividad de las líneas aéreas. Estamos hablando de que en agosto sólo van a operar el 30% de las rutas que hubo el año pasado; ahí ya tienes una limitación de producto brutal. Además, nuestros destinos naturales, que se venden mucho en esta época, como América o el Caribe, están muy perjudicados. Es probable que los destinos nacionales funcionen algo mejor en agosto y primeros de septiembre, pero necesitamos que funcione el turismo emisor y todo lo relativo a congresos, que no han arrancado aún y tiene muchísima incidencia en la reactivación”.

Pocos aviones en el cielo

Coincide con él Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que agrupa a todas las compañías que operan en España. “El tráfico aéreo se está recuperando muy lentamente. Durante el estado de alarma apenas estaban operando un 5% de los vuelos en comparación con el mismo periodo del año anterior, aunque la inmensa mayoría eran vuelos de carga. Y desde que se levantó la prohibición de volar entre los países del espacio Schengen, la primera semana el porcentaje subió al 15%, y en la segunda semana de julio se elevó al 37%. Pero que se incremente el número de vuelos no significa necesariamente que crezca la cifra de pasajeros, porque los niveles de ocupación de las aeronaves no están siendo, ni de lejos, los del año pasado. El propio presidente de Aena [el operador público de aeropuertos] dijo recientemente que el porcentaje de pasajeros está siendo casi la mitad que el de vuelos, es decir, apenas el 20% en comparación con el año pasado. Hay muchísima incertidumbre, y en agosto no creemos que el nivel de actividad llegue al 50%”.

”La información de los rebrotes sí puede generar un estado de miedo, de temor”, añade Gándara. “Las noticias de rebrotes no ayudan precisamente a la recuperación. Pero independientemente de los rebrotes, la situación ya era de por sí muy complicada, porque sabíamos con antelación que era muy difícil que hubiera una actividad significativa. No olvidemos que aunque el tráfico doméstico y el europeo están abiertos, todavía siguen cerrados los tráficos a terceros países que tienen mucha conectividad con España: Norteamérica, Latinoamérica, Rusia... El reto es que esa recuperación lenta y paulatina se siga manteniendo, y en el caso de Canarias, cuya temporada alta es en invierno, vamos a intentar alcanzar mayores niveles de actividad. Confiamos en que en 2021 podamos ver una recuperación más acelerada, aunque va a depender mucho de cuándo se descubra una vacuna para la enfermedad”.

“Pero la sensación de incertidumbre no se ha modificado. Y lógicamente, la aparición de rebrotes, desde la perspectiva del consumidor final, desanima a la hora de tomar decisiones de viaje hacia España”, apunta Iñaki Gaztelumendi, consultor estratégico en el sector turístico y en laOrganización Mundial del Turismo (OMT). “Imagínese un foco de turismo internacional tan importante como es Cataluña. Con los rebrotes y la previsión de una posible vuelta atrás en el caso de Barcelona, que es el icono turístico de Cataluña, esto viene a confirmar, para los que éramos menos optimistas, nuestras sospechas. Y los sectores que veían el arranque de la temporada con algo más de optimismo, han rebajado bastante esa sensación de que en verano iban a salvar un poco la situación. Debemos hacernos a la idea de que vamos a estar en una situación digamos que de temporada baja ampliada durante bastantes meses”.

Y añade Gaztelumendi: “En general se están cumpliendo las expectativas poco optimistas que teníamos en el arranque de la temporada de verano. En los principales destinos estamos viendo que una buena parte de la oferta todavía no está disponible, o abre solo una parte de su capacidad total. No todos los hoteles están abiertos, y algunos que sí lo están no llegan al 100% de su capacidad, porque se están registrando cifras de ocupación muy bajas en toda España. En este sentido, Madrid es paradigmático, porque una buena parte de los grandes hoteles ni siquiera ha abierto todavía, porque esperan a que pase el verano para ver cómo se recupera la actividad económica a partir de septiembre. Quizá las ayudas económicas y los ERTE’s han permitido aplazar la vuelta a la actividad normal”.

Visitantes extranjeros

Ni siquiera campañas gubernamentales de promoción internacional como la de ‘Spain for sure’ (que podría traducirse por ‘España, seguro que sí’ o ‘España, sin lugar a dudas’) van a servir para recomponer el desastre y proyectar una imagen positiva de nuestro país en el exterior tras los efectos más duros de la pandemia, al menos a corto plazo, según los expertos consultados, que no olvidan que la propia llegada de turistas extranjeros puede contribuir a reavivar los rebrotes. Los británicos, por ejemplo, uno de los principales emisores de turismo hacia España y el país más castigado por la pandemia en Europa, ya pueden viajar a España sin pasar cuarentena desde el pasado día 4. El año pasado vinieron a nuestro país 18 millones de turistas de esa nacionalidad, que gastaron unos 8.500 millones de euros.

”Desde el fin del estado de alarma, el sector hotelero se ha comportado muy por debajo de las expectativas. Sabíamos que éstas eran muy bajas en aquellos lugares que requirieran conectividad aérea, porque apenas había aviones y vuelos disponibles, lo cual ha creado, lógicamente, un problema de falta de plazas. Y lo que ha ido aumentando es la inseguridad, hay una crisis enorme de confianza producida por los rebrotes”, afirma Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), que no oculta su contrariedad por el tratamiento informativo de los rebrotes, que cifra en “centenares”, por parte de los medios de comunicación.

“Si comparamos la situación actual en nuestro país con la de Europa y el resto del mundo, excepto en aquellos países que están sufriendo un pico de la pandemia, como Estados Unidos o Latinoamérica, vemos que en España estamos en una situación nada preocupante. Hagamos una comparación: el lunes pasado hubo en el Reino Unido 173 muertes. En España hubo ocho fallecidos en la última semana. Y de esos ocho fallecidos vaya usted a saber, porque las autoridades sanitarias no nos lo dicen, cuántos son gente mayor o personas con afecciones previas graves. Pero aquí nos pasamos todo el día hablando de rebrotes, de infectados, y hay una sensación de inseguridad horrible. Y Sanidad dice que, salvo los casos de Barcelona y Lérida, la situación en los demás sitios donde hay rebrotes no es preocupante porque está bajo control. Entonces, no sabes muy bien a quién hacer caso. Todo eso está provocando en la opinión pública la sensación de que la enfermedad va a peor, mientras Sanidad nos dice que va a mejor. Y, al final, la consecuencia para el sector turístico es que apenas está habiendo reservas. Se están produciendo muchas anulaciones, sobre todo en los destinos más afectados, y en general hay muy poco movimiento. Además, todo parece indicar que en agosto vamos a estar mucho peor que el año pasado”.