Crisis

La OCDE augura a España la más larga y dura travesía del desierto del mundo occidental

Nuestra economía sufrirá el mayor varapalo del club de los ricos en 2020, con un desplome de su PIB del 11,6%

Un hombre pide limosna en el centro de la capital de España
Un hombre pide limosna en el centro de la capital de EspañaManu FernandezAP

Los peores augurios de todas las instituciones nacionales e internacionales sobre la evolución de la economía española parece que se cumplirán este año. Al panorama desolador dibujado por el FMI, la CE, el Banco de España... ayer se sumó el perfilado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su último informe semestral de perspectivas económicas, en el que vaticina un desplome del producto interior bruto español este año del 11,6%. Estos vaticinios sumergen de golpe a España en la mayor recesión de las principales economías mundiales. Según su análisis, las medidas adoptadas para frenar esta segunda ola de la pandemia del coronavirus han supuesto de nuevo un severo castigo para el principal motor económico del país, el turismo, que, sin duda, tendrá su fiel reflejo en un hundimiento del PIB en el cuarto trimestre del presente ejercicio. Por eso a España le costará más que a otros países encontrar la salida del túnel. Con una recuperación «gradual e incompleta», nuestra economía tardará más de dos años en regresar a los niveles de crecimiento anteriores a la pandemia. Tras España, Reino Unido, Grecia, Francia e Italia sufrirán este año con mayor virulencia los rigores de la crisis.

En este contexto, este organismo se muestra pesimista también sobre la evolución de nuestra economía en 2021. Al contrario que el Gobierno de Sánchez que ha lanzado las campanas al vuelo con una previsión de crecimiento del 7,2%, pronostica una subida bastante inferior a este porcentaje de más de dos puntos del PIB. Sus expertos apuntan a que el PIB español crecerá en el año que viene un 5%, es decir, casi 30.000 millones menos de los previsto por Hacienda en los Presupuestos de 2021. Un año después, España no terminará de remontar el vuelo, con un alza tan sólo del PIB del 4%. En estos ejercicios, la inversión empresarial repuntará, gracias a los bajos tipos de interés y a una menor incertidumbre, pero no lo suficiente, lo que unido a una mayor debilidad de la situación financiera de las empresas, limitará la recuperación. «Entre los riesgos figuran unos efectos más persistentes sobre la solvencia de los hogares y las empresas, que restringen aún más el repunte de la demanda interna». No obstante, cree que la recuperación podría ser más sólida, si se produce una reactivación del turismo más rápida de lo esperado y de los socios comerciales, así como un uso más veloz de los fondos europeos anticovid-19.

No obstante, la pandemia pasará una elevada factura a la economía española en términos de destrucción de empleo. Así, la OCDE prevé una tasa de paro del 15,8% de la población activa este año, que se disparará el próximo hasta el 17,4% para moderarse en 2022, aunque continuará en unos elevados niveles del 16,9%. Como no podía ser de otra manera, esta profunda recesión tendrá su reflejo en el déficit público, que crecerá hasta el 11,7% del PIB este año. Eso sí, este porcentaje sufrirá un leve descenso del 9 % y de 6,6 % en los próximos dos años. Evidentemente, este desfase contable se debe al elevado endeudamiento contraído por las Administraciones públicas para paliar los efectos de la crisis. Así, la OCDE pronostica que la deuda pública experimentará un alza imparable este y los dos siguientes años, hasta llegar al 122,4% del PIB en 2022. Pese a ello, advierte de que ahora no es el momento de preocuparse por estos elevados niveles de endeudamiento.

Es más, recomienda continuar las medidas de apoyo de los afectados por las nuevas restricciones adoptadas para frenar el avance del virus, así como aumentar los programas de formación de las trabajadores acogidos a ERTE, tras alerta sobre la ralentización en el ritmo de salida de los ERTE a final de 2020. En ese sentido, aconseja que los servicios públicos de empleo refuercen el apoyo individualizado, mediante herramientas de creación de perfiles, para facilitar la optimización de las competencias de los trabajadores y mejorar su adecuación al mercado laboral.

Empresas de viables a la quiebra

«La prolongación de la crisis puede empujar a empresas viables a la quiebra», alerta. De hecho, en un intento de sortear esta crisis, las empresas presentes en nuestro país se han endeudado más en los últimos meses. En concreto, casi el 4% más en el último año, según datos del Banco de España. Además, las empresas registraron en los nueve primeros meses del año una fuerte caída del 71,2% en su resultado ordinario neto en comparación con el mismo período del año anterior, debido al desplome de la actividad y al impacto de los gastos e ingresos atípicos derivados de la crisis. Es decir, por primera vez desde 2002, experimentaron un resultado neto negativo hasta septiembre, como consecuencia de la pandemia del coronavirus, según los datos de la Central de Balances Trimestral (CBT) que el Banco de España. Además, el supervisor considera que entre un 20 y un 30 % de las empresas serían insolventes, en función de los escenarios que maneja el banco en una simulación, aunque entiende que solo un porcentaje de estas serían inviables.

Por eso la OCDE apuesta por abordar las lagunas que aún existen en los regímenes de insolvencia para acelerar los procesos de reestructuración extrajudiciales y por aplicar de forma efectiva las reformas estructurales que acaben con la fragmentación interna del mercado. En este punto, defiende la coordinación de las políticas autonómicas y estatales en innovación y la adopción de tecnologías digitales, así como recuerda que la inversión durante la recuperación en energías renovables, en eficiencia energética y en transporte sostenible ayudará a crear empleo.