La crisis del sector aéreo
Los aviones, cada vez más vacíos pese a que los precios no paran de bajar
Aunque el precio de los billetes sufrió su mayor caída desde 2008 en el tercer trimestre, la ocupación de los aparatos ronda el 50%
Los precios de los billetes de avión no paran de bajar... y la ocupación de los vuelos también. La lógica económica de a menor precio mayor demanda no funciona en este momento en el transporte aéreo. Y no lo hace por una mezcla entre las restricciones impuestas por los gobiernos a los viajes para frenar la expansión del coronavirus, la confusión de los pasajeros sobre qué pruebas necesitan hacerse para entrar en determinados lugares y la desconfianza que existe para montarse en los aviones. La consecuencia de esta cóctel de factores es que aunque nunca ha sido tan barato volar, los aviones no se llenan.
Según la estadística del INE, entre julio y septiembre el precio del transporte aéreo se desplomó un 6,2%, el mayor retroceso desde 2008. Javier Gándara, presidente de la patronal de las aerolíneas que operan en España (ALA), aseguró tiempo atrás que la ocupación media de los aviones durante el verano apenas alcanzó el 60%, insuficiente para alcanzar el punto de equilibrio necesario para hacer rentable un vuelo. Pero la situación ha empeorado y, según estimaciones del sector, ronda ahora el 50%.
Vuelos y pasajeros
Los aviones vuelan medio vacíos porque si bien los vuelos se han desplomado con estrépito en noviembre, el número de viajeros lo ha hecho todavía más. Según la última estadística publicada por Aena, el gestor aeroportuario operó un 66,3% menos de vuelos que en el mismo mes de 2019. Sin embargo, el número de pasajeros que pasaron por sus aeropuertos se descalabró un 84,1%.
Las cosas, lejos de mejorar, empeoran mes a mes para un sector que tenía depositadas ciertas esperanzas en la Navidad como punto de partida para una recuperación que se prevé muy larga. Pero el empeoramiento de los datos de la pandemia, en unos casos, y la gestión política en otros están dando al traste con su tímido optimismo. Hay casos, como Canarias, que las aerolíneas consideran sangrantes. Tras unos datos esperanzadores después del verano, la burocracia ha vuelto a levantar un muro invisible para viajar a las islas que está arruinando lo poco que podían salvar. Como denunció ALA el pasado lunes, la disparidad de criterios entre la administración central, que exige test PCR o TMA a los pasajeros internaciones para entrar en España; y la canaria, que posibilita el uso de test de antígenospara el control sanitario de viajeros internacionales a su llegada al Archipiélago; ha dado al traste con la incipiente recuperación del tráfico aéreo de las islas. Por ello, ALA ha pedido a las administraciones que aclaren a los pasajeros de una vez por todas los criterios para volar.
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