Crisis
Funcas retrasa el despegue de la economía española al segundo semestre de 2021
Rebaja su previsión de crecimiento del PIB hasta el 5,7% este año, 4,1 puntos menos que la estimación del Gobierno
La economía española tardará aún en divisar la salida del túnel. Así lo considera Funcas en su presentación de las previsiones macroeconómicas para España 2021-2022, en las que augura un retraso en el despegue de la economía hasta el segundo semestre de 2021. Por eso ha rebajado un punto porcentual su anterior estimación de crecimiento del PIB hasta el 5,7% este año, lo que supone 4,1 puntos porcentuales menos que los pronósticos realizados por el Ejecutivo de Sánchez. Funcas ha revisado también, pero en este caso al alza, su previsión de crecimiento para 2022 hasta el 6,3% del PIB, una décima más que su pronóstico anterior. A la hora de calcular el crecimiento de 2021, ha tenido en cuenta los fondos europeos. A su juicio, de los 27.000 millones de euros de anticipo que recibirá España este año sólo se gastarán 14.000 millones, lo que tendrá un impacto directo en el PIB del 0,7% y del 0,3% indirecto. Según sus estimaciones, en el primer trimestre de 2021 España permanecerá estancada, con una caída del PIB de una décima, en el segundo trimestre registrará una leve alza de nueve décimas y no será hasta el tercer trimestre del año cuando comience a crecer a tasas superiores del 2%. En este sentido, achaca su visión más pesimista sobre la recuperación de nuestro país al débil comienzo de año y al deterioro de las perspectivas de los principales países europeos. Las restricciones a la actividad y a la movilidad, el lento avance de la campaña de vacunación y la contracción de algunos de los principales mercados de exportación impedirán que la recuperación de la economía llegue antes del verano, han vaticinado hoy el director general y el director de coyuntura de Funcas, Carlos Ocaña y Raymond Torres, respectivamente, durante la presentación de la actualización de las previsiones para este y el siguiente ejercicio.
“Se trata de una previsión muy dependiente del turismo, dado que si alcanzáramos este año el 50% del valor de una campaña turística normal, en lugar del 26% estimado, el crecimiento del PIB podría elevarse al 7% este año y al 6,7% el año que viene”, ha avisado Torres. En los próximos meses se mantendrá la debilidad del consumo privado por la reticencia de los hogares a gastar. De hecho, Funcas calcula una demanda embalsada de 56.300 millones de euros, cuantía que corresponde al ahorro conseguido por los españoles este tiempo de pandemia. El consumo público, por su parte, se revisa al alza y su tirón se traducirá en aumento a la aportación de la demanda interna en dos décimas, hasta 6,1 puntos, mientras que el sector externo detraerá 4 décimas, frente a las ocho previstas anteriormente, por el retraso de la recuperación del turismo.
Cambio de tendencia
Funcas vaticina que el cambio de tendencia se producirá en el segundo semestre, con una reacción al alza relativamente rápida de la economía, una vez que la vacunación incida sobre la situación sanitaria y las restricciones se relajen, con la consiguiente recuperación del gasto privado y del turismo. Además, prevé un aumento de la inversión pública y una mejora del contexto externo, sobre todo, en Estados Unidos. Sus previsiones recogen que el impulso de la segunda parte del año se extienda a 2022. El próximo año, el PIB crecerá un 6,3%, una décima más de lo esperado previamente, con aportaciones positivas tanto de la demanda interna como del sector externo. Se espera un fuerte crecimiento del consumo privado, gracias a la absorción de buena parte del sobre ahorro generado por la crisis, una normalización del turismo, con una temporada de verano que podría acercarse a los registros anteriores a la pandemia, y los estímulos del plan europeo de recuperación.
El impacto de la recuperación sobre la creación de nuevos empleos será más limitado, a su juicio, que en anteriores fases expansivas, puesto que facilitará la reincorporación de trabajadores en ERTE y de autónomos en cese de actividad. La tasa de paro todavía alcanzaría el 15,8% al final de 2022 frente al 14,1% previo a la crisis. Mientras, el déficit público se situará en el 8% del PIB en 2021, después de cerrar el año pasado con un desfase del 10,9%, y en el 6,7% del PIB en 2022. “El Estado ha sustituido al sector empresarial”. De esta manera tan gráfica, Torres ha explicado la correlación detectada entre las caídas del PIB y los desfases en las cuentas públicas. Sus previsiones de déficit se cumplirán siempre y cuando los tipos de interés sigan contenidos y el Banco Central Europeo continúe comprando deuda soberana. En este escenario, la deuda pública se situará en el 119% del PIB en 2021 y en el 118% en 2022.
Subida de precios
Funcas espera que este año la inflación suba hasta el 1,5% de media anual, debido al encarecimiento del precio del petróleo y de algunos servicios, que el año pasado registraron fuertes descensos, como hoteles, transporte aéreo o paquetes turísticos. Para 2022, se estima una leve caída de la inflación, si bien existe riesgo de desviación al alza por la posibilidad de que la demanda en sectores que están sufriendo una mayor destrucción del tejido productivo crezca más rápido que la oferta.
El cumplimiento de estas previsiones depende de que se eviten los riesgos a la baja ligados a la gestión de la pandemia,la efectividad de la política económica y la adopción de reformas. “La rapidez del despliegue de la vacunación y su efectividad son factores decisivos de cara a salvar la temporada de verano”, alerta. Funcas advierte de que la intensidad de la recuperación será proporcional a la efectividad de las medidas de apoyo a las empresas, que actualmente se encuentran al borde de la insolvencia pese a ser viables. En ese sentido, Torres se ha mostrado partidario de identificar las empresas viables y las no viables para optimizar los recursos públicos y dedicarlos a salvar a las primeras. Mientras, Ocaña ha asegurado no poder cuantificar el volumen de ayudas directas que necesitan las empresas.
“Como en toda recuperación, las expectativas de los mercados juegan un papel crucial. Y éstas a su vez dependen de la capacidad para poner en marcha nuevas reformas, evitando retrocesos en las ya adoptadas y adaptando el diseño de las medidas a los objetivos de transformación digital, medioambiental y social. La gestión de los fondos europeos también requiere mejoras estructurales”, alerta Funcas en su informe de previsiones.
Además, considera que la evolución del turismo merece especial atención hasta el punto de que, si bien la combinación de inversiones y reformas es crucial para la transformación a medio y largo plazo del modelo productivo, a corto plazo la recuperación de la economía depende de este sector turístico. En este contexto, avisa de que el turismo está en la antesala de su segundo año de crisis, “con muchas empresas al borde de la insolvencia”. En 2020, el valor añadido bruto de las ramas más castigadas (comercio, transporte y hostelería, junto a actividades artísticas y recreativas) cayó el 24%, lo que supone que el 70% del PIB perdido en el año procedió de ese grupo.
En un escenario de recuperación gradual a partir del segundo trimestre, donde los ingresos por turismo este verano se acercarían a los del año pasado, que a su vez representan cerca de la cuarta parte del nivel precrisis, la recuperación se afianzaría y a finales de 2022 el turismo habría recuperado el 75% del terreno perdido por la crisis, según sus estimaciones. En caso de una normalización acelerada, el sector alcanzaría el 50% del nivel anterior crisis el próximo verano y el 95% a finales de 2022. En este escenario optimista, el crecimiento del PIB se elevaría hasta el 7% en 2021 y el 6,7% en 2022. En un escenario pesimista, la recuperación del turismo se retrasaría hasta 2022. El crecimiento del PIB se limitaría al 4,2% este año y al 5,3% el próximo. Además, en este caso el riesgo de pérdida de tejido productivo sería muy elevado, exigiendo una restructuración del sector.
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