Coyuntura

La recuperación en Latinoamérica pierde fuerza

Las economías de la región afrontan esta crisis mejor preparadas y con más recursos, según un informe del Banco de España

Empleado del cementerio de La Recoleta en Santiago de Chile
Empleado del cementerio de La Recoleta en Santiago de ChileEsteban FelixAP

Las recaídas de varios países de la zona en su lucha contra el coronavirus están ralentizando la recuperación de la actividad económica en América Latina, a pesar de que continuó en la primera parte de este 2021 en un proceso iniciado ya en el segundo semestre del pasado año.

En su «Informe de Economía latinoamericana» correspondiente al primer semestre de 2021, el Banco de España hace un exhaustivo análisis de la realidad de los principales países de la región y se atreve –con mucha prudencia dado el alto grado de incertidumbre provocado por la pandemia– a dibujar probables escenarios económicos para los próximos años.

Los analistas del Banco de España constatan que esta crisis ha sorprendido a estos países mejor preparados que en anteriores ocasiones y la recuperación presenta unas características similares a las de otras regiones, pero es mucho menos dinámica si se compara a la de las economías otras áreas emergentes. «Las vulnerabilidades estructurales de la región son menores ahora, en general, que en episodios de turbulencia previos. Además, de acuerdo con los indicadores presentados en este Informe, no se habría producido un empeoramiento sustancial de las vulnerabilidades durante la pandemia, con la excepción de las fiscales en algunos países», dicen.

Latinoamérica resiste, y lo hace apoyada en «la decidida actuación de las políticas económicas, la favorable evolución de la demanda externa y los precios de las materias primas, y en unas condiciones de financiación adecuadas, que, no obstante, se han endurecido algo recientemente», dice el informe. En este contexto macrofinanciero, «los sistemas bancarios de la región se mantienen saneados», aunque indicadores como la rentabilidad bancaria empiezan a acusar la persistencia de la crisis.

De cómo se supere el impacto de la pandemia depende como es obvio la salida final de la crisis económica. El proceso de vacunación está progresando en América Latina, pero a un ritmo inferior al observado en las economías avanzadas, y los riesgos son muchos, como recuerdan los autores del estudio: en el ámbito monetario, los márgenes de actuación se verían afectados si cambia el ciclo financiero global o si aumentan las presiones inflacionistas; en política fiscal, el deterioro generalizado de las finanzas públicas y, en algún caso, «las posibles dinámicas futuras de la evolución de la deuda pública apuntan a un estrechamiento del espacio de esta política». En este contexto, recuerdan el papel de la red de seguridad global y regional, y en particular el papel del apoyo de los organismos multilaterales. «Asimismo, la compleja situación económica de la región refuerza la necesidad de que se implementen programas de reformas institucionales y económicas que incidan en sus problemas estructurales.

La actividad en las grandes economías de Latinoamérica se recuperó notablemente en la segunda mitad del año pasado, tras la brusca caída experimentada en el primer semestre. Esta evolución se produjo en paralelo a la mayor movilidad de personas observada hasta finales de 2020, que acompañó a la mejora gradual de la incidencia de la crisis sanitaria. La recuperación ha continuado en la primera parte de este año, aunque perdió dinamismo por la evolución desfavorable de la pandemia.

La economía latinoamericana frente a la pandemia
La economía latinoamericana frente a la pandemiaMiguel Roselló

Fortalezas

El Banco de España divide los motivos de la «resistencia» de las economías de la zona en internos y externos. Entre los primeros sitúa destacan la relajación gradual de las medidas de confinamiento y el apoyo de las políticas económicas: «En general, las autoridades adoptaron, de forma rápida y contundente, políticas fiscales, monetarias y prudenciales muy expansivas, sin precedentes por su tamaño, persistencia y novedad. Esta respuesta promovida en la región por medio de políticas se vio facilitada por la ganancia de credibilidad institucional de las últimas décadas, en particular la de los bancos centrales, por coincidir con actuaciones del mismo tipo en las economías desarrolladas y por el apoyo de las instituciones multilaterales».

Esta «contundencia» permite mantener unas condiciones de financiación de las economías emergentes muy favorables, con tipos de interés oficiales en mínimos históricos en la mayor parte de los países de la región. Una política exitosa a costa, eso sí, de incrementar notablemente el deterioro de las cuentas públicas.

Entre los factores externos que están apoyando la recuperación en la región, destaca el crecimiento inesperadamente rápido de los principales socios comerciales, sobre todo de Estados Unidos y China, el aumento del precio de las materias primas, el buen comportamiento de las remesas a la región, las favorables condiciones globales de financiación y el retorno de los flujos de capitales a Latinoamérica.

Los autores destacan, no obstante, que la recuperación está siendo desigual tanto si se observa por países como por sectores. La caída del PIB en 2020 osciló entre el -4,1% de Brasil hasta el -11,1% de Perú, que vivió uno de los confinamientos más duros del mundo durante meses. El avance en las manufacturas se ha visto contrarrestado por la caída del sector servicios y el consumo, lo que ha llevado a su vez a un importante aumento del ahorro de los hogares –proceso idéntico al vivido en Europa– y una mejoría en el saldo de la balanza por cuenta corriente.

Como consecuencia de todo lo anterior, con las mejores perspectivas para China y Estados Unidos, si se superara aceptablemente la crisis sanitaria, se normalizará la actividad económica relativamente pronto con el «eventual uso de los colchones acumulados por los hogares», dice el informe. Las últimas previsiones del FMI indican un crecimiento medio del 4,6% en 2021 (3,7% para Brasil y 8,5% para Perú) y del 3,1% en 2022, recobrando este año el nivel previo a la crisis, aunque Argentina y México se quedarán rezagadas.

AMENAZA A LOS BANCOS ESPAÑOLES

El Banco de España identifica a México, Brasil, Chile, Perú y Colombia como los países con relevancia «material», «aquellos que pueden representar un mayor riesgo por la proporción de las exposiciones del sistema bancario español». Todos ellos han puesto en marcha medidas parecidas de apoyo al sector bancario con el objetivo de «sostener el flujo de crécito, proveer de liquidez al sistema y mitigar el impacto de la crisis sobre el ratio de capital de las entidades». En todos ellos, salvo México, el crecimiento del crédito real se mantiene, pero el aumento de la morosidad y la reducción de la rentabilidad amenazan al sistema y también a nuestras entidades.