Deuda

El BCE decide hoy cómo dejar de emitir dinero

La alta inflación alienta a los halcones para cortar el grifo de 80.000 millones mensuales

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, este septiembre en Marsella
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, este septiembre en MarsellaPOOLREUTERS

El Banco Central Europeo (BCE) crea, inventa o fabrica, de la nada, 80.000 millones de euros todos los meses. Ni tan siquiera necesita imprimir billetes. Unas anotaciones en cuenta son suficientes. Todo se reduce a que la institución compra deuda de los distintos países del euro por ese importe para apuntalar las economías. Puede parecer complejo, pero es simple. Galbraith ya lo explicó en su momento: «El proceso por el que los bancos crean dinero es tan sencillo que repele a la inteligencia». Hoy, el Consejo de Gobierno del BCE, presidido por Christine Lagarde debate en Fráncfort si empieza el largo, complicado y desconocido proceso de reducir la creación de dinero. Técnicamente se denomina «tapering» en la jerga anglosajona de las finanzas y los negocios, algo así como cerrar el grifo.

En la práctica significa que la entidad adquirirá menos deuda pública de los Estados, que la han utilizado para financiarse y hacer frente entre otras cosas a la pandemia. Para España el asunto es capital. Desde la aparición de la Covid-19, el Tesoro Público español ha emitido 130.000 millones de euros en deuda pública, que han sido comprados casi en su totalidad por el BCE. Han sido 130.000 millones que se deben, pero que han ido a las arcas públicas. Ese dinero ha servido para todo, para pagar a los funcionarios, las pensiones, la sanidad y una infinidad de asuntos. Sin el BCE, España hubiera tenido que adoptar recortes –esta vez sí–monstruosos o suspender pagos. En este periodo, los inversores internacionales, en términos netos, no solo no han comprado deuda española, sino que la han vendido por importe de 12.000 millones de euros.

El Consejo de Gobierno del BCE debatirá sobre cuándo y en qué cuantía deja de comprar deuda del llamado «Programa de Compras de Emergencia» (PEPP). Hasta ahora adquiría hasta 80.000 millones mensuales. El primer paso sería bajar a 70.000 millones mensuales y reducir las compras con un calendario progresivo. Los motivos para hacerlo son varios, pero como apunta Ricard Moreno, economista de Caixabank Research, serían la mejora económica, con el PIB de la eurozona cercano al de la prepandemia, unas condiciones financieras estables y un riesgo, evidente de inflación.

Los expertos creen que lo decisivo es qué ocurrirá cuando expire el PEPP, en teoría en marzo. Hasta ese momento, el BCE todavía podría crear alrededor de 500.000 millones, porque de los 1,85 billones previstos ha utilizado 1,33 billones. La gran incertidumbre, como apuntaba Silvia Ardagna, economista jefe para Europa de Barclays, es qué ocurrirá con la inflación.

El fantasma de la inflación es el gran caballo de batalla, pero para algunos empieza a alcanzar cotas preocupantes, como el 3,4% en Alemania o el 3,3% en España que, a final de año, podría llegar al 4%. El acuerdo no será radical y es probable que sea de compromiso. Hoy, alrededor de las dos de la tarde, Lagarde, flanqueada por Guindos, anunciará la decisión.