Huelga del transporte

Los camioneros estallan: los precios, el abandono del Gobierno y las pésimas condiciones de trabajo les llevan a la huelga

Están gastando cerca de 35.000 euros al mes en mantener sus vehículos, y aseguran que es imposible sacar beneficio en esta situación

Abandonados, así es como se sienten los camioneros de nuestro país. Tras varios años de negociación alrededor del paquete reivindicativo del 20 de febrero del 2020 (donde se abordaban temas como la prohibición de que los conductores realicen la carga y descarga de los camiones; la no implantación de Euroviñeta, aplicación obligatoria de la cláusula de revisión del coste del combustible; o la construcción de áreas de descanso seguras para los profesionales), la paciencia del sector se ha agotado, así como también lo han hecho los canales razonables de negociación. Si a esto le sumamos las problemáticas actuales relacionadas con el alto precio del carburante, la implantación de nuevos peajes y los problemas de suministro, la situación se antoja insostenible. Así lo cree el Comité Nacional del Transporte por Carretera, en su Departamento de Mercancías, del que forma parte la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), quien ha convocado una huelga entre las 24 horas del día 19 de diciembre y las 24 horas del 22 de diciembre, justo antes de fechas tan sensibles como son las de Navidad. “Solo un cambio radical y urgente por parte de Gobierno y clientes podría evitar este conflicto”, apuntan desde CETM, algo que, en principio, no parece que vaya a producirse.

Juan José Gil, secretario general de Fenadismer: “Si el Gobierno no nos escucha, nos van a tener que escuchar en la calle”

Juan José Gil es el secretario general de Fenadismer (Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España), y defiende que la huelga convocada es “una respuesta a una falta de respuesta del Gobierno”. Hace dos años, el sector inició una negociación con el Ministerio, y se firmaron una serie de compromisos y un conjunto de medidas. A día de hoy, de todas ellas, solo se ha cumplido una. “Entiendo que durante la pandemia las negociaciones se suspendieran. Posteriormente llegó el cambio de ministro, y el resultado es que estas negociaciones han quedado absolutamente paradas. Los compromisos del anterior ministro tienen que ser asumidos por la actual. Desde que ha tomado posición del cargo, todavía no ha recibido a las asociaciones del sector. En el cartel que hay en el ministerio, primero pone Ministerio de Transporte, luego Movilidad y luego Agenda Urbana. La primera palabra se le ha debido de olvidar”, comenta Juan José.

Nadie se olvida de los duros meses de pandemia que vivimos en 2020, y el sector del transporte, mucho menos. Se les pidió estar a la altura, y lo estuvieron. “Se modificó la regulación del tiempo de conducción y de descanso. Conducíamos un 20% más y descansábamos un 20% menos. Lo asumimos porque en aquel momento había que garantizar el abastecimiento, y después de ese esfuerzo que hicimos, ahora vemos que el Gobierno se olvida de nosotros”, se lamenta el secretario de Fenadismer, a lo que añade: “Si el Gobierno no nos escucha, nos van a tener que escuchar en la calle. No queremos que se produzcan las consecuencias negativas que implica paralizar el transporte, pero si nos obligan a ello, lo haremos”. Juan José resume en dos grandes medidas las peticiones que realiza el sector: por un lado, elementos que ayuden a las empresas a repercutir el incremento de los costes; por otro, ayudas a los transportistas, para que realicen su actividad en buenas condiciones.

Respecto al tema de implantar peajes para los camioneros, el sector defiende que es “la gota que colma el vaso”. “Con la situación que estamos atravesando, anunciar ahora esta medida, es lo menos acertado. Además, el Ministerio aprobó en julio de 2019, en consenso con el sector, que no se establecerían peajes en España. Se está incumpliendo”, afirma Juan José. Por si fuera poco, se queja de que nadie se ha sentado con ellos para comunicarles esta idea: “Desde el Ministerio lo dan por hecho. Se habla de fechas, de autovías afectadas, de temas respecto al pago… Y a nosotros no se no ha presentado nada. Ni una propuesta”.

Óscar Baños, camionero: “O paro por la huelga, o paro porque me estoy arruinando”

Óscar Baños empezó a ser camionero con 22 años. Su padre era transportista, así que siempre ha estado ligado a este oficio. Estando en la profesión terminó la carrera de empresariales, y también es profesor de Bachillerato, especializado en Economía. “Hay gente a la que nos gusta andar con vehículos, nos gusta nuestra profesión. A mí me gusta recorrer España y Europa, estoy encantado, a pesar de todo esto. Y si lo tengo que dejar, porque la situación es insostenible, lo sentiré. Si no queda otro remedio, tendremos que replanteárnoslo”, comenta apenado. Asegura que si se ha llegado a esta situación no es por un solo factor, sino por muchos, y defiende que “los primeros que no queremos un paro somos nosotros. Porque nos gusta trabajar e intentar sacar para comer. No pretendemos fastidiar a nadie, ni mucho menos. Creo que lo demostramos durante la pandemia, que trabajamos en unas condiciones deplorables, con todo cerrado, sin restaurantes, sin sitios donde darte una ducha o asearte… Eran unas condiciones penosas, y trabajamos. Esto no es un capricho”. Óscar se queja de que los camioneros tienen que cargar y descargar las mercancías, cuando no es su trabajo, y también de las largas esperas: “El otro día me decía un compañero que le habían tenido siete horas esperando para cargar. Imagínate que llegas a tu puesto de trabajo a las ocho de la mañana, y alguien te dice que hasta las tres de la tarde no puedes hacer nada. Tienes que estar allí, esperando. Es un mundo de locura. Así decimos que no hay conductores, autónomos… Dentro de poco, los pocos que quedamos, lo dejaremos. Porque no puede ser este cachondeo”. Una de las cosas que más ha indignado a este camionero ha sido que desde las autoridades se diga que están usando las carreteras gratis y que no pagan por ellas. “Están mintiendo. Solo en combustible, que está en torno a 1,40, el litro, la mitad de lo que cuesta, son impuestos. Si un camión gasta 4.000 o 5.000 litros al mes, que hagan números, y que veamos si ese dinero recaudado da o no da para arreglar carreteras. Pero claro, si se usa para otras cosas, no da”, defiende. Para él, la situación es insostenible, y la huelga, inevitable: “Tengo que parar. O paro de esta manera, o paro porque me estoy arruinando. Cuando llegas a este punto, no te queda otra”.

Óscar junto a su camión
Óscar junto a su camiónLa RazónLa Razon

Juan Ignacio, camionero: “Si solo te encuentras trabas e impuestos, no te merece la pena ni tener la empresa”

Juan Ignacio se sacó el carnet de camión a los 21, ahora tiene 42. “Llevo mucho tiempo aquí y nunca había vivido una situación tan mala como la de ahora ni había visto estos precios en el gasoil. Es insostenible porque nos está causando pérdidas. Puedes aguantar uno, dos o tres meses, según lo que tengas ahorrado, pero más tiempo no se aguanta”, afirma. Actualmente cuenta con siete camiones, y el mes pasado, se gastó cerca de 35.000 euros en ellos. “El año pasado eran 28.000 o 29.000. El precio del combustible está altísimo, es el gasto más grande que tenemos. Nos supone prácticamente pérdidas”, cuenta. Critica que el Gobierno no deja de ponerles trabas, “con la cantidad de impuestos que pagamos”, y recuerda que “cualquier persona trabaja para ganar dinero. Si solo te encuentras trabas e impuestos, no te merece la pena ni tener la empresa. No te merece la pena trabajar. Por eso mucha gente está cerrando y dejando sus camiones. Es insostenible”. Defiende que “a los que estamos todo el día en la carretera, el Gobierno nos tendría que dar una ayuda para el gasoil y que tuviéramos un precio distinto al resto. Los impuestos están demasiado altos para nosotros”, y recuerda que son un “eslabón vital” en la sociedad, en España y en el mundo.

Pilar Anguix, administrativa: “El mantenimiento de las carreteras lo van a pagar las empresas de transporte. Lo camuflen como lo camuflen”

Pilar Anguix no es camionera, sino que lleva la administración en la empresa de transportes Fanosa S.L. Explica que “la huelga la promueve la patronal, no los conductores. A ellos no les hemos tocado los sueldos. Lo que nos han tocado a nosotros ha sido la subida del combustible y de las ruedas, que estamos pagando un 30% más. No podemos repercutir todo ese incremento en las tarifas a nuestros clientes”. Asegura que en el momento actual, “las empresas de transporte se mantienen, en el mejor de los casos. Estamos cambiando cromos. Nadie saca beneficios”, y se lamenta de que, después del esfuerzo realizado en la pandemia, nadie desde el Gobierno les haya atendido: “Lo primero que tienen que hacer es reconocer nuestra labor y aplicar medidas de ayuda. Yo, por ejemplo, no me he podido acoger a un ERTE porque no cumplía los requisitos de caída de facturación. Pero es que para cumplirlos, la empresa debía estar casi en la ruina”, recuerda, antes de reivindicar que en los momentos más duros de la Covid-19, los transportistas “se portaron como valientes y fueron momentos muy difíciles”. Quienes han recompensado esta labor han sido las propias empresas, porque “ayudas del Gobierno no hemos recibido ninguna”. Según la visión de Pilar, se han juntado muchas cosas que han hecho que se llegue a esta situación extrema: “La pandemia, una subida de impuestos desmesurada, la falta de todo lo que deriva del petróleo, y, por tanto, el incremento de los costes de todo lo que deriva del petróleo… Ha sido una subida tan brutal que no la hemos podido asumir. El Gobierno tendría que filtrar, porque una parte de los impuestos del combustible la establecen ellos. Pero les da lo mismo, y como hasta ahora hemos seguido rondando, ni tan mal. El problema es que ya nos hemos cansado”. Antes de poner fin a su testimonio, Pilar sentencia que “el mantenimiento de las carreteras lo van a pagar las empresas de transporte. Lo camuflen como lo camuflen y lo pinten como lo pinten”.

José Luis Gutiérrez, camionero: “En la crisis de 2008 me arruiné trabajando, por no parar. Ahora no me va a volver a pasar”

José Luis Gutiérrez, conocido en el sector como “Polo”, lleva 26 años siendo autónomo. Tiene tres camiones, hace recorridos nacionales e internacionales, y asegura que el sector no puede más. “No es soportable que estemos gastando un 30% más que hace tres meses. Mis chicos llevan trabajando conmigo seis o siete años, y si esto sigue así, tengo que parar camiones y despedir a gente. Ya no lo puedo aguantar. Estoy arrimando de mi trabajo para que mis empleados sigan funcionando. Hay meses que gano menos del sueldo de un chófer”, cuenta este camionero de 47 años, al que se le nota en la voz lo que le apasiona su trabajo y lo dolido que está con esta situación: “Es que no solo ha subido el combustible, ha subido todo. Utilizamos un aditivo que se llama Adblue. En quince días hemos pasado de pagar 38 céntimos por el litro, a pagar 69. Y además de haber subido, es que apenas hay. En solo dos gasolineras, de Madrid a Barcelona, lo encontramos. Y sin eso no podemos andar. Igual que las ruedas, que cuestan casi un 70% más y de las que tampoco hay stock. Nos ha incrementado todo. Y el problema es que vamos a pedir esas subidas a los clientes y evidentemente, nos dicen que no”. José Luis se queja también de que “en algunos sitios nos tratan fatal, como a perros. Y las esperas son horrorosas. Hay veces que entro a cargar a las nueve de la mañana y salgo tres horas después, sin ningún tipo de compensación. Llegas a un sitio a descargar, después de haber conducido 600 kilómetros, y te dicen que te esperes ahí. Pasan seis horas y no haces nada”. Lo de este hombre y el mundo del transporte es una cuestión de pasión. Empezó con 14 años y a los 22 se compró su primer camión: “Llevo toda la vida con esto, no sé hacer otra cosa”. Asegura que no puede seguir trabajando bajo costes, que tiene que detener su actividad: “En la crisis de 2008 me arruiné trabajando, por no parar. Tenía siete camiones. Ahora tengo otra edad, más experiencia, y no me va a volver a pasar. No puedo estar trabajando a estos costes”. Sin embargo, José Luis no se muestra muy optimista de cara a este parón convocado: “Creo que al final no vamos a llegar a la huelga. Cuatro asociaciones van a decir que hablarán con el gobierno, nos van a tapar la boca y no van a hacer nada. Ya nos ha pasado. Hace mucho que no hay una huelga gorda, y es lo que hace falta en España. Que paremos y apretar, que vean lo necesarios que somos y que no nos pueden tratar como nos tratan”. Para este camionero, el tema de pagar un impuesto por circular es “un atraco a mano armada. ¡Cómo nos van a cobrar ahora, con las condiciones en las que estamos trabajado! Como metan ese impuesto no sé qué va a ser de nosotros”. En octubre, José Luis pagó 20.000 euros de gasoil para tres camiones, y tuvo que destinar el 50% de la recaudación del mes anterior a cubrir este gasto. Si a eso le sumamos sueldos de los empleados, letra de camión o seguros, las cuentas, efectivamente, no salen. “Y que no te roben. La semana pasada me reventaron un depósito en Marsella y me quitaron 400 litros de gasoil. He tenido que pagar 500 euros, reparar el depósito… Sacar beneficio en este momento es imposible. Los camiones no son capaces ni de abastecerse por sí mismos”, sentencia.