Energía

España reconoce que la crisis en Ucrania encarecerá aún más la factura de la luz

El Gobierno asegura que el suministro de gas no peligra debido a la baja dependencia de Rusia. Argelia es nuestro principal proveedor de gas, seguido de Estados Unidos y de Nigeria

Un cable, dinero y una factura de luz, a 3 de enero de 2022, en Madrid, (España)
Un cable, dinero y una factura de luz, a 3 de enero de 2022, en Madrid, (España)Alberto OrtegaEuropa Press

Las tensiones en Ucrania por la posible invasión de la antigua república soviética por parte de Moscú podrían acabar repercutiendo en un encarecimiento aún mayor del precio de la energía, actualmente en máximos históricos. Así lo reconoció ayer la vicepresidenta del Gobierno español, Teresa Ribera antes de participar en una reunión con sus homólogos europeos. «Es evidente que nos impacta la evolución que está presentando el precio del gas en un momento en que no solamente hay un incremento muy importante de la demanda por parte de los mercado asiáticos sino, efectivamente, tensiones importantes con el que todavía es el primer país de gas natural para la mayoría de los países europeos», aseguró.

Precisamente, el encarecimiento del gas es lo que está causando durante estos meses la escalada vertiginosa de los facturas de familias y empresas, ya que el resto de las fuentes de energía – aunque sean más baratas– quedan alineadas con el precio del gas en las subastas mayoristas. España quiere cambiar este modelo marginal de la fijación de precios. Pero a pesar de contar con aliados como Francia, Alemania, los países nórdicos se oponen. La Comisión Europea tampoco es partidaria de grandes revoluciones, ya que considera que nos encontramos ante una situación temporal y que los precios bajarán a partir de la primavera.

A pesar de esto, el Gobierno de Pedro Sánchez no se da por vencido. Ayer, Ribera volvió a plantear al resto de sus homólogos europeos un plan de emergencia «con medidas excepcionales» para que «esta situación tan complicada respecto al gas no impacte de manera tan desorbitada también sobre los precios de la electricidad».

Pese a estos malos augurios, la vicepresidenta también aseguró que el suministro de España no peligra debido a su baja dependencia respecto al gas ruso. «España cuenta con una posición sólida de suministro y, además, la infraestructura de regasificación de la que disponemos permite el rápido acceso a gas natural licuado por barco y, por tanto, no hay problema de abastecimiento con fuentes muy diferentes».

Entre el 30% y el 35% del gas que llega a la UE es ruso, aunque esta cantidad varia ostensiblemente según los países. En el caso de España, Argelia es nuestro principal proveedor seguido a mucha distancia de EE UU y Nigeria. La dependencia de la economía europea respecto al gas de terceros países le hace vulnerable a chantajes geopolíticos.