Opinión

Si la industria estornuda...

La parálisis de la actividad en el sector privado, unida a una recesión industrial y los precios disparados, son un cóctel preocupante mientras en España el Gobierno quiere jugar a las estadísticas

Alberto Núñez Feijóo lo apuntó el lunes en el foro «La Razón de...». Los precios industriales han subido en el último año un 43,6% según el Instituto Nacional de Estadística (INE) que, porque la realidad es tozuda, desgrana unos datos que no le gustan al Gobierno, y que han provocado la dimisión por «motivos personales» –queda bien, pero nadie lo cree– de su presidente, Juan Manuel Rodríguez Poo. Todo indica que será sustituido por Israel Arroyo, ex secretario de Estado de Seguridad Social en el ministerio que encabeza José Luis Escrivá. Tiene fama de economista consistente, pero también la tenía Escrivá hasta que llegó a la poltrona ministerial. Arroyo tendrá el reto de que las estadísticas españolas mantengan su independencia y su prestigio. Por si acaso, conviene recordar que la crisis de Grecia, que estuvo a punto de llevarse al euro por delante, empezó con un maquillaje –falseamiento– de las estadísticas, que ocultaba la quiebra económica del país.

Los datos del INE no le gustan al Gobierno, pero no debe andar tan desencaminado cuando Eurostat –el INE europeo– y el Banco Central Europeo dicen que los precios industriales en la zona euro subieron un 37,2% en abril y en mayo, sin duda, se acercarán a los españoles. El problema, quizá, no está en los datos, sino en la realidad. Y la realidad contempla una recesión industrial global, «que ya está aquí», como apunta el analista Juan Ignacio Crespo. No es lo mismo que una recesión generalizada, pero hay que estar atentos y las señales no son buenas. El PMI manufacturero es un índice que mide la actividad del sector privado con más rapidez que los índices oficiales. En Estados Unidos, el PMI provisional de junio ha caído por debajo de 50, hasta 49,6, cuando menos de 50 significa recesión. El de la eurozona ha descendido todavía más, hasta 49,3. Al mismo tiempo, según el CPB World Trade Monitor, la producción industrial global cayó un 2,7% en abril, después del bajón previo del 1% de marzo. Todo eso, combinado con el alza de los precios industriales, ofrece un cóctel, si no explosivo, preocupante, mientras en España el Gobierno quiere jugar a las estadísticas. Cuando la industria estornuda la economía se constipa o coge una pulmonía. ¡Ojo!