Análisis

La industria española ya está en contracción

España ha tenido una recuperación pobre, endeudada y más que deficiente pese al apoyo sin precedentes de Bruselas

Pedro Sánchez recibió a la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen en el Palacio de la Moncloa.
Pedro Sánchez recibió a la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen en el Palacio de la Moncloa.Gonzalo Pérez MataLa Razón

L a preocupación entre los analistas por los indicadores adelantados de la economía española es muy grande. España se enfrenta a un otoño e invierno muy complejo sin haber recuperado los niveles prepandemia. Los datos de Producto Interior Bruto (PIB) del Instituto Nacional de Estadística (INE) fueron ligeramente esperanzadores en el segundo trimestre, pero los factores estructurales no acompañan. El PIB, como ocurrió en el segundo trimestre de 2021, muestra el elemento estacional de la mejora del turismo y poco más. De hecho, la variación interanual del PIB se ha estancado en un rebote insuficiente y no mejora con respecto al trimestre anterior, lo que refleja señales de estancamiento cuando el PIB se encuentra todavía por debajo de los niveles del cuarto trimestre de 2019, a pesar de más de 250.000 millones de euros de estímulo fiscal y monetario.

Es importante recordar este factor. Ningún Gobierno español ha contado en el pasado con más apoyo del Banco Central Europeo (BCE) y de Bruselas que el de Pedro Sánchez y, con todo, la recuperación es simplemente deficiente. España cerró junio con la mayor tasa de paro de la eurozona y de la Unión Europea, sobrepasando incluso a Grecia, que ha reducido la tasa de paro más rápidamente que España.

El índice de miseria de Okun es un indicador muy preocupante también. España se sitúa como el país con el índice de miseria –combinación de inflación y paro– más alto de las economías comparables de la eurozona. Además, es importante mirar a los indicadores adelantados que nos pueden dar una idea de lo que depara el futuro.

El indicador adelantado de la OCDE ya ha caído a niveles de marzo de 2021. Uno de los factores más importantes en esa combinación de indicadores es que hasta el Ministerio de Asuntos Económicos lo reconoce. En la tabla de indicadores adelantados del propio Ministerio del pasado 2 de agosto, más de la mitad de los elementos están en contracción.

Los datos de paro de julio han sido un jarro de agua fría para la propaganda oficial. España destruye empleo y sube el paro en un mes de julio por primera vez en toda la serie histórica y encadena dos meses consecutivos en los que el número de contratos cae. Adicionalmente, el 82% del empleo del mes es temporal o a tiempo parcial y el 58,4% de contratos indefinidos son a tiempo parcial y discontinuos. Y el número de contratos cae un 9,94% en variación anual.

España cierra julio con 3.379.769 desempleados reales, incluidos demandantes de empleo no ocupados. En términos desestacionalizados, el paro en julio subió en 56.945 personas.

Los índices de compras tampoco son favorables. Como explica S&P Global, el sector manufacturero español entró en severa contracción en julio, el nivel más bajo desde marzo 2020 y sufriendo la mayor caída de pedidos en dos años. El índice PMI que publica S&P Global registró un índice de 48.7, por debajo del nivel de expansión (50.0) y con una caída muy significativa con respecto al 52.6 registrado en junio. Es el nivel más bajo desde mayo de 2020. La consultora recuerda que es el peor resultado desde la primera ola de la pandemia y la confianza en el futuro cae bruscamente

El sector servicios, además, muestra una ralentización preocupante y con una caída libre de la confianza a pesar de la fuerte recuperación del turismo. Se sitúa en ligera expansión a pesar de la fuerte mejora del turismo, 53.8, por debajo del 54.0 registrado en junio, el aumento más bajo desde marzo pasado.

Pongamos de nuevo todos estos datos en contexto. Una recuperación pobre, endeudada y cíclica que es más que deficiente considerando el apoyo sin precedentes de Bruselas y del BCE. España no crece, rebota y además lo hace endeudándose masivamente. La deuda aumenta mucho más rápido de lo que rebota el PIB.

Y ahora llega el otoño. Intentarán usar el comodín de la guerra de Ucrania, aunque nuestros datos sean peores que los comparables con otras economías. Es alucinante que el Gobierno de Sánchez haya generado una crisis diplomática con Argelia, nuestro mayor suministrador de gas, y ahora nos diga que despilfarramos energía. Lo escondan como lo escondan, la realidad es que va a ser un invierno duro y el punto de partida es muy pobre.