Macroeconomía

El FMI hunde la previsión del Gobierno: recorta a la mitad el crecimiento del PIB en 2023

El FMI alerta ya de que varias economías europeas entrarán en recesión. Deja la inflación española de este año en el 8,8%

Nuevo varapalo a las previsiones del Gobierno para 2023. El FMI reduce a la mitad -ocho décimas menos- la estimación de PIB de España en 2023, al 1,2%, y hunde la intención de la ministra de Economía, Nadia Calviño, de alcanzar el 2,1%. Así lo recoge el informe Perspectiva Económica Mundial presentado por el organismo financiero, que ha realizado un duro ajuste respecto a sus últimas previsiones para el próximo ejercicio, publicadas en junio, aunque sí cree que España crecerá un poco más este año, un 4,3%, tres décimas por encima, pero muy lejos del parón del que avisa en 2023.

Este abultado ajuste para 2023 no se corresponde con el avance de 2022, que mantiene a España por delante de las tres principales economías de la eurozona, ya que el crecimiento de Italia y Francia en 2022, pese a las dos décimas al alza, será solo del 3,2% y el 2,5%, respectivamente, mientras que Alemania crecerá este año un 1,5%, tres décimas más.

Pero 2023 será otra historia. El FMI ya alerta de que varias economías entrarán en recesión. No es el caso de España, aunque haya rebajado sustancialmente su crecimiento. Los peores datos se pueden ver en Alemania como Italia, a los que coloca entrarán en recesión ya en el segundo trimestre. La primera se contraerá un 0,3% en el año, lo que supone un recorte de 1,1 puntos en sus previsiones de crecimiento respecto a los últimos pronósticos del FMI. La segunda se contraerá un 0,2%, lo que supone un recorte de nueve décimas. Francia registrará una expansión del 0,7% el año que viene, tres décimas menos. España se quedará con el citado 1,2% de impulso.

Calviño se tomó con tranquilidad este nuevo recorte a sus proyecciones porque “todas las previsiones apuntan a que seguiremos creciendo y a que lo haremos por encima de las economías de nuestro entorno”. La vicepresidenta, que se expresó así en unas declaraciones a la prensa en Estados Unidos, donde se encuentra para participar en las reuniones anuales del FMI y del Banco Mundial, volvió a defender sus previsiones, nueve décimas por encima del previsto por el FMI. Según Calviño, que haya estas diferencias en las previsiones “es normal en un momento de gran incertidumbre”, por lo que, más allá de las cifras, destacó que “todos los organismos sitúan a España muy por encima de los países de su entorno”.

En el conjunto de la eurozona se registrará un crecimiento del 3,1% en 2022, lo que supone una mejora de cinco décimas respecto a las previsiones de junio, mientras que las estimaciones para 2023 se han recortado en siete décimas, hasta el 0,5%.

Con estas perspectivas, el FMI ha lanzado un claro mensaje a los gobiernos para que no se olviden de la “contención en el gasto”, en plena espiral inflacionista mundial. En el texto que acompaña el informe de perspectivas mundiales admite que deben “aprobarse medidas destinadas a ayudar a los más vulnerables a sobrellevar el encarecimiento de la vida”, aunque recuerda a también que “el deber de los gobiernos de buscar la consolidación fiscal”, además de “tratar de reducir su déficit público para evitar que su deuda siga creciendo”, adecuando a este objetivo el “acompañamiento de una política fiscal adecuada”.

Precisamente la inflación preocupa más si cabe al FMI que el propio miedo a una recesión. En el caso de España, el organismo multilateral considera que en 2022 alcanzará el 8,8%, frente al 5,3% que esperaba en abril. Para 2023 se situará en el 4,9%, pero si se compara con el 1,3% que proyectó hace medio año, muestra claramente el empeoramiento de los precios.

Al menos el Fondo estima que el mercado laboral mantenga cierta inercia de mejoría. Pese al menor crecimiento y al elevado nivel de precios, ve signos “verdes” y espera que el paro cierre este año en el 12,7%, siete décimas menos que la previsión de abril, mientras que en 2023 alcanzará el 12,3%, ocho décimas menos.

El FMI también puso énfasis sobre las consecuencias de la crisis energética, que afecta con particular intensidad a Europa por la guerra de Ucrania, que advierte “no será temporal”, sino que su impacto será “amplio y permanente”. El FMI asume que, si bien el invierno de 2022 será un reto para Europa, “el invierno de 2023 probablemente será peor”. Por ello avisa a los Gobiernos de la tentación del intervencionismo fiscal y les advierte de que “los controles de precios, los subsidios no focalizados o las prohibiciones de exportación son fiscalmente costosos y conducen a un exceso de demanda, escasez de oferta, mala asignación, racionamiento y primas del mercado negro”.