Propuesta
Deducción por compra de vivienda habitual: así es la ayuda que quiere recuperar Feijoo
La medida permite desgravar el 15% del dinero aportado en el año fiscal sobre una base máxima de 9.040 euros. Aunque beneficio a miles de personas, erosiona la recaudación y sube los precios, según los expertos
Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, quiere resucitar la deducción por compra de vivienda habitual para ayudar a las familias ante la subida de las hipotecas. En opinión de Feijóo, es “fundamental que alguien que se ha comprado una vivienda se pueda desgravar en el impuesto de la renta lo que se ha pagado por el préstamo”. El líder de los populares considera que “hay dinero” y “capacidad legal” para recuperar una ayuda de la que se beneficiaron -y todavía se benefician- millones de hipotecados pero que, sin embargo, los expertos consideran que tiene más defectos que virtudes.
La deducción por adquisición de vivienda habitual permite, con carácter general, desgravar el 15% del dinero aportado en el año fiscal sobre una base máxima de 9.040 euros, lo que deja el máximo que el contribuyente se puede deducir hasta un máximo de 1.356 euros. Esta ayuda se introdujo en 1979. Hasta1999, en líneas generales se trataba de una deducción de las cantidades totales satisfechas por la adquisición o rehabilitación de la vivienda habitual. Sin embargo, desde ese año se elevó y se estableció que la base máxima era de 9.015,18 euros anuales distribuida de la siguiente manera: durante los dos primeros años, la deducción era del 25% sobre 4.507,59 euros y del 15% sobre el exceso hasta 9.015,18 euros y para los años posteriores los porcentajes pasaban al 20% y el 15%, respectivamente. Desde enero de 2011 se eliminó la deducción por vivienda únicamente para las rentas superiores a los 24.000 euros. En concreto, para rentas inferiores a 17.000 euros anuales, se mantuvo la deducción vigente. Para rentas superiores a 17.000 euros, la deducción se redujo linealmente hasta desaparecer a los 24.000 euros anuales. Posteriormente, sin embargo, se volvió a recuperar por completo hasta que el Gobierno de Mariano Rajoy decidió poner fin a la misma a partir de 2013.
Aunque los que compraron su vivienda habitual o realizaron obras de rehabilitación o ampliación u otras de adecuación para personas con discapacidad a partir del 1 de enero de 2013 no se pueden beneficiar ya de la desgravación, sí que lo siguen haciendo aquellos que realizaron tales inversiones antes de esa fecha, por lo que la ayuda sigue costando cientos de millones anuales a las arcas públicas, si bien su cifra ha ido mermando año tras año desde los algo más de 4.400 millones de euros que se consignaron en los Presupuestos Generales del Estado de 2010 para sufragarla, si bien en 2019 ya había caído por debajo de los 1.000 millones.
Problemas
Si bien la deducción ha beneficiado a millones de personas durante todos estos años -en 2010, por ejemplo, a 7,17 millones- y sigue todavía teniendo notables efectos en la declaración de la renta de muchos de ellos, existe un amplio consenso entre los economistas y los organismos internacionales -FMI, OCDE o Comisión Europea, entre otros- en el hecho de que esta desgravación tiene un efecto directo en la subida del precio de la vivienda porque se acaba trasladando al mismo. El Colegio de Economistas, por ejemplo, calculó que encarece los precios un 8,3%. Además, algunos expertos critican también que hace más atractiva la compra frente al alquiler y sesga las decisiones de ahorro de los hogares hacia la adquisición de vivienda en propiedad.
La OCDE, en una de las múltiples ocasiones en las que pidió a España que la eliminase, denunció que con estas ayudas no solo se reduce la recaudación, sino que “la base del IRPF se ve erosionada por la existencia de generosas exenciones, reducciones y créditos fiscales”.
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