España propone a la UE recortar los beneficios de renovables y nuclear al desligarlas del gas

El Gobierno ha presentado hoy su propuesta de reforma del mercado eléctrico europeo, que se mandará cuanto antes a la Comisión Europea, y que contempla desligar a las tecnologías más baratas de la “contaminación” de los precios del gas natural. En esencia, se trata de establecer un precio fijo para la generación nuclear e hidráulicay contratos a plazos para las renovables, con un mayor peso de estos contratos en la fijación del precio diario de la electricidad.

Todo para evitar el impacto en el precio de la electricidad de los ciclos combinados de gas en los periodos en que es necesario su respaldo, cuando las renovables no son suficientes o no tienen la capacidad de cubrir la demanda.

Esto supone que todas estas tecnologías recibirían menos ingresos cuando se tira del gas, ya que es este el que determina el precio final para todos los megavatios generados.

El Gobierno entiende que cuando se diseñó el sistema energético la penetración de las renovables en España era del 10%. Por contra, hoy estamos muy cerca del 50% y en 2030 estaremos por encima del 74%, lo que requiere una modificación del sistema de fijación de precios marginalista. A esto se ha sumado la alta volatilidad generada por la guerra de Ucrania. En el corto plazo, el sistema de fijación de precios marginalista supone un efecto contagio del precio del gas en periodos de alta volatilidad, según ha defendido el Ejecutivo.

“Necesitamos estabilidad para los inversores y que los consumidores se beneficien de los menores precios de las renovables”, ha resumido la ministra de Transformación Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera. “Es probable que nuestra propuesta no tenga efectos inmediatos pero sí poco a poco, iría reduciendo la volatilidad de forma eficaz”, ha reconocido Ribera.

El mercado diario marginalista determina los ingresos que reciben los generadores y el precio que paga la demanda. El precio de mercado lo determina la oferta más cara necesaria para satisfacer a la demanda. El Gobierno entiende que este diseño no está preparado para situaciones de alta volatilidad ni para la penetración masiva de las energías renovables y recursos que proporcionen firmeza y flexibilidad al sistema en los próximos años, como el almacenamiento o gestión de la demanda.

En este sentido, España propone reducir los costes en los contratos a plazo, en los que son necesarias elevadas garantías y eliminar trabas administrativas y restricciones, que impiden firmar contratos de más de un año de duración. El Gobierno considera que con los contratos a plazo se reducirá la volatilidad del precio a medida que se incremente el volumen de energía contratada. Así, si los precios del gas siguen elevados, el nivel de precio medio también se reducirá.

El diseño se basará en un mercado de corto plazo (diario e intradiario) muy líquido y transparente, combinado con un mercado a plazo de energía y servicios de capacidad y flexibilidad adaptados a las necesidades particulares de cada mercado nacional o regional.