Finanzas

El Gobierno emitirá un 10% más de deuda pese a multiplicarse su coste por más de 30

El Tesoro pedirá 256.846 millones en los mercados en 2023 para financiar un gasto público récord y con los tipos disparados. El coste medio de las nuevas emisiones de deuda pública ha pasado en un año del -0,04% al 1,35%

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia CalviñoEduardo ParraEuropa Press

El Gobierno tendrá que volver a recurrir masivamente este año a los mercados para obtener una financiación récord de 256.846 millones de euros con la que afrontar el mayor gasto de la historia, al que no pretende poner freno basándose en su previsión de cerrar 2022 con un crecimiento económico superior al 5% –y que 2023 se avance más que en ninguna otra economía de la eurozona–; en que el flujo de ingresos tributarios sigan en niveles nunca vistos; en que el colchón de BCE continúe actuando de freno a las turbulencias de los mercados financieros –pese al endurecimiento de las condiciones de financiación, la finalización de los programas de compras de deuda soberana y la reducción gradual de las reinversiones– y en que la llegada de los fondos europeos lubriquen aún más la finanzas públicas.

Emisión de deuda
Emisión de deudaAntonio Cruz

Con estas premisas, el Tesoro se apoyará en la «diversificación de la base inversora» y en la «elevada vida media de la cartera» para hacer a sus necesidades de financiación. Por ello, apenas se ha movido de las cifras previas estimadas en los Presupuestos Generales de 2023 y emitirá este año 70.000 millones de euros de endeudamiento neto. La emisión bruta será de los citados 256.846 millones, lo que supone un aumento del 10% respecto a lo estimado para este año, «debido al alza de los tipos de interés», justificó el secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo, en la rueda de prensa para presentar la nueva estrategia de financiación. También tendrá que hacer frente a los más de 186.000 millones de las amortizaciones por los títulos de deuda que ya tiene en circulación en los mercados –89.125 millones en letras y 97.521 millones a medio y largo plazo–, un 15% más en 2022, es decir, 24.000 millones de más.

Pero ni en el Gobierno ni en el Tesoro contemplan graves riesgos por el desmesurado abultamiento de la deuda. El propio Carlos Cuerpo defendió que les avala que el coste medio de toda la deuda en circulación tuvo un repunte mínimo del 0,09% –desde el 1,64% al 1,73%–, con unas perspectivas continuistas para este ejercicio, que «cerrará con la carga de deuda en el entorno del 2,2% del PIB, un nivel muy inferior al 3,6% que llegó a alcanzar tras la crisis financiera», apostilló. Sin embargo, prefirió obviar que la deuda actualmente en emisión ha pasado de estar en negativo en 2021, en el -0,04%, a dispararse durante 2022 al 1,35%, multiplicándose por más de 30 en solo 12 meses, aunque el responsable del Tesoro entiende que estas cifras tampoco avalan un escenario de riesgo porque es una «anomalía» que no se repetirá este año.

El secretario general solo accedió reconocer que la «carga de intereses será evidentemente mayor», pero que el crecimiento de la economía española equilibrará el peso de la financiación, que «proporcionalmente será menor». Su previsión la centró en que «el coste de cartera será más o menos igual o similar al de 2022, pese a la subida de tipos, amortiguada por nuestro bajo nivel de refinanciación, se situará en el entorno del 2% o 2,3%». Así, prevé que las Letras del Tesoro aporten financiación neta negativa por 5.000 millones, por lo que los bonos y obligaciones del Estado, junto con el resto de las deudas en euros y en divisas, sumarán los 75.000 millones restantes en instrumentos a medio y largo plazo, con el fin de mantener igual la vida media de las emisiones.

Ayer mismo, el Tesoro Público colocó 6.935 millones de euros en una subasta de bonos y obligaciones del Estado, en el rango medio-alto previsto, y lo hizo remunerando con los intereses más elevados de los últimos 10 años. La mayor parte, 2.864 millones, ha correspondido a los bonos a tres años, con cupón del 2,8%, el más alto desde julio de 2013. También adjudicó 2.088 millones en obligaciones a siete años y 1.475 millones en obligaciones a 23 años y 9 meses. En este caso, además, el Tesoro no ha logrado cubrir dos tercios de la demanda.