Infraestructuras

ACS amplía su negocio en Australia y suma un contrato para su fuerza aérea por 220 millones

La compañía realizará trabajos de mejora en la base de Townsville

Fachada de la sede de ACS, en Madrid (España)
Fachada de la sede de ACS, en Madrid Eduardo ParraEuropa Press

ACS continúa sumando negocio en uno de sus mercados estratégicos, Australia. Su filial Cimic se ha adjudicado un contrato en la base de la fuerza aérea australiana de Townsville valorado en cerca de 223 millones de euros para realizar obras de mejora o reconstrucción de las infraestructuras e instalaciones. El objetivo es apoyar la reubicación tanto del Primer Regimiento de aviación desde la base del ejército de Robertson Barracks como de la 16 Brigada de Aviación desde la base de Gallipoli Barracks hasta la de la Real Fuerza Aérea Australiana de Townsville, ubicada en el estado australiano de Queensland.

La etapa de diseño del proyecto comenzará a principios de 2024 y está sujeta a las aprobaciones gubernamentales, mientras que la fase de construcción arrancará a mediados de 2025 y tardará tres años en completarse, según ha explicado la compañía.

Según ha apuntado el presidente ejecutivo de Cimic y consejero delegado de ACS, Juan Santamaría, este importante programa de obras apoya la capacidad de la fuerza de defensa australiana para operar desde las bases del norte de Australia.

La compañía también garantizará que este proyecto maximiza las oportunidades sociales y económicas para la comunidad local, la industria y participación indígena.

ACS continúa así su racha de adjudicaciones de los últimos meses en Australia. A mediados de diciembre se hizo, junto con Acciona y la italiana Ghella, con un contrato de 2.200 millones para construir una serie de túneles ferroviarios que forman parte del Suburban Rail Loop East de Melbourne. Unos días después, también en asociación con Acciona, se adjudicó la mejora de la carretera de circunvalación M80 cerca de Melbourne por 2.330 millones de euros. Ese mismo mes ganó asimismo dos contratos para construir una línea de alta tensión por 850 millones de euros y para el tren ligero de Canberra por 350 millones.