
Trabajador autónomo
Un autónomo de 21 años expone cómo es su jornada laboral de casi 24 horas seguidas: "Trabajo día y noche"
El joven, que cuenta con varios negocios, es conocido por subir vídeos a redes sociales dando a conocer su actividad laboral y la extensión de la misma

Trabajar por cuenta propia en España sigue siendo una opción que muchos ciudadanos se plantean. Sin embargo, temas como la incertidumbre constante en torno a las cuotas y a la presión fiscal se ciernen sobre el régimen de autónomos. Esta semana, el Gobierno ha dado un giro inesperado en su planteamiento. Después de haber defendido hace apenas unas semanas una subida significativa de la cuota mínima para quienes ingresan menos de 670 euros mensuales, estableciendo un pago fijo de 217 euros, la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, ha rectificado. Ahora propone congelar la contribución social para los tres primeros tramos de cotización, los que afectan a los autónomos con ingresos más bajos, y aplicar un incremento moderado del 1% al 2,5% en los doce tramos restantes, en línea con el IPC.
Más allá de las cuotas, ser autónomo en España implica asumir una serie de obligaciones fiscales que van desde el pago trimestral del IVA hasta el IRPF, además de llevar un control riguroso de los ingresos y los gastos deducibles. La gestión administrativa recae completamente sobre el trabajador, que en muchos casos se ve obligado a contratar una asesoría para no cometer errores que puedan derivar en sanciones. La diferencia con los trabajadores por cuenta ajena es clara. Mientras estos últimos tienen una nómina fija y sus cotizaciones gestionadas automáticamente por la empresa, el autónomo debe enfrentarse mes a mes a un sistema en el que la regularidad de ingresos no siempre está garantizada.
En el día a día, la jornada laboral de un autónomo suele alargarse más allá de las ocho horas. La flexibilidad que en teoría ofrece este modelo laboral a menudo se traduce en disponibilidad permanente, con poco margen para la desconexión. Muchos trabajadores por cuenta propia asumen múltiples roles a la vez. No solo prestan su servicio o venden su producto, también se ocupan de la contabilidad, la atención al cliente y la promoción de su actividad. A pesar de las dificultades, hay quienes defienden la autonomía que brinda este sistema. Sin embargo, el contexto económico actual y los cambios legislativos constantes siguen haciendo de ser autónomo en España una carrera de fondo.
Una jornada laboral de casi 24 horas seguidas
Javier Morant, trabajador autónomo de 21 años que actualmente se encuentra dirigiendo la empresa de su padre junto a otros negocios, expone su día a día en redes sociales donde explica al detalle su rutina diaria. En una de sus publicaciones más populares se puede apreciar como, por motivos laborales, tiene que hacer frente a una jornada de trabajo de prácticamente un día de duración. "Acompáñame a una jornada de casi 24 horas seguidas de trabajo", comienza explicando al principio de la pieza. Si bien no es la norma general de su rutina, el protagonista explica los motivos que le han llevado a ello. "Llevo un par de días trabajando día y noche porque tengo un estudio de mercado que entregar y voy mal de tiempo", aclara indicando que no se trata de una mala planificación sino del devenir de los acontecimientos.
"Por la mañana estuve trabajando de nueve y media a dos y media", indica. Por ende, el primer parón de su extendido periodo da comienzo a las cinco horas de trabajo completado. "Como era día festivo en mi ciudad, tocaba salir a comer con la familia y a despejarse. Segundo café del día y ya estábamos listos para afrontar una tarde muy larga que empezaría a eso de las cuatro", confirma el empresario. Esta etapa se prolongó hasta las ocho de la tarde, cuando el individuo visitó el restaurante que se encuentra en las inmediaciones de su oficina para descansar unos instante y volver con la energía recargada a su puesto. Una vez terminado, subió una vez más a su lugar de trabajo para continuar hasta las diez de la noche.
La noche más larga en la vida del autónomo
Después del parón reglamentario para cenar, Morant regresó una vez más al despacho tras el quinto café de la jornada. "Tocaba volver a la oficina mientras me encontraba a gente de mi edad de fiesta, y aquí en mi cabeza yo ya sabía que la noche iba a ser bastante larga", informa. Tras tres horas de trabajo intenso pudo terminar una parte del proyecto, por lo que, parte del objetivo que se había fijado por la mañana estaba completado. No obstante, luego de un intermedio para tomar un respiro, comenzó con la recta final en la que se sentía mentalmente afectado. Finalmente decidió dar por concluida su jornada a las cuatro de la mañana.
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