Comisión Europea
Bruselas estrecha la vigilancia sobre las inversiones extranjeras para limitar la influencia de China, Rusia y los grandes fondos
La Comisión Europea reforzará los controles sobre las operaciones que amenacen la seguridad comunitaria, pero la responsabilidad final recaerá sobre la autoridades nacionales. Pondrá el foco en sectores clave como la IA o los semiconductores
La Comisión Europea quiere estrechar el cerco contra las inversiones provenientes de terceros países como China y Rusia. En el año 2021, el Ejecutivo comunitario ya puso en marcha un sistema para analizar este tipo de inversiones extranjeras que pudieran suponer un peligro para la seguridad europea, pero este miércoles ha presentado una nueva batería de propuestas ya que, según reconocen fuentes diplomáticas europeas, “el contexto geopolítico ha cambiado”. Bruselas no nombra países en concreto, pero si en el año 2021 Pekín era la especial fuente de preocupación, ahora se ha unido la Rusia de Vladimir Putin tras la invasión de Ucrania.
En los últimos años han sido motivo de preocupación algunas inversiones como la compra por parte de Arabia Saudí del 9,9% de las acciones de Telefónica o la adquisición de la empresa china Cosco- controlada por el Estado- de una parte del estratégico puerto de Hamburgo (Alemania).
En estos tres años de funcionamiento, la Comisión Europea ha vigilado más de 1.200 operaciones notificadas por los países europeos. En esos casos, el Ejecutivo comunitario emite un informe en el que puede desaconsejar la operación, pero la palabra última recae en el país concernido. Aunque fuentes diplomáticas consideran que esta iniciativa ha funcionado relativamente bien, en todo este tiempo, tan sólo 22 países han adoptado marcos nacionales para llevar a cabo este escrutinio. Ahora la Comisión Europea quiere obligar a que todos los países tengan es sus respectivos territorios un instrumento propio con normas nacionales mejor armonizadas para que los países europeos centren su vigilancia en sectores clave como la Inteligencia Artificial, los semiconductores, la biotecnología o la robótica.
Bruselas no quiere imponer umbrales sobre la participación, ya que considera que en algunas ocasiones un porcentaje pequeño puede ser importante en términos de seguridad si atañe a ciertas tecnologías. A pesar de esto, la nueva normativa presentada este miércoles no permite que la Comisión Europea pueda bloquear ninguna inversión y deja que las autoridades nacionales decidan tras conocer el veredicto no vinculante de Bruselas.
Aparte de mejorar la herramienta actual, el Ejecutivo comunitario quiere también analizar los riesgos de inversiones europeas en el exterior que puedan suponer una ventaja en la transferencia de conocimiento en temas de alta sensibilidad para la seguridad, aunque pospone hasta finales de 2025 la presentación de una herramienta que se encargue de este cometido. Asimismo, Bruselas quiere introducir controles más uniformes sobre la exportación de artículos de uso civil que después puedan utilizarse con fines militares (por ejemplo, drones) y ha presentado una batería de opciones mejorar la seguridad de los programas de investigación europeos.
“En una época de tan profunda agitación geopolítica y rápidos cambios tecnológicos, debemos ser realistas sobre los riesgos a los que nos enfrentamos”, ha asegurado en rueda de prensa el comisario de Comercio, Valdis Dombrovskis.
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