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Agencia Tributaria

"No os dejéis seducir por el sol y la sangría": británicos residentes en España, alarmados por las "tácticas" de Hacienda

Varios ciudadanos británicos que trabajan en España califican las prácticas de la AEAT de "mafiosas" e incluso "terroristas"

Una pareja de turistas británicos caminan por el centro de Barcelona Enric FontcubertaEFE

Los ciudadanos británicos residentes en España creen que la Agencia Tributaria tiene una actitud "mafiosa" y algunos van más allá, calificando las operaciones de Hacienda como de "prácticas terroristas". Es lo que trasladan a The Telegraph, el prestigioso diario británico, muchos expatriados de Reino Unido que quieren aprovecharse de laLey Beckham en España pero se han encontrado con el escrutinio fiscal de la AEAT.

La Ley Beckham es el nombre que recibe una reforma legal del IRPF instaurada hace más de 20 años, y que básicamente permite a ciudadanos extranjeros trabajar en España pagando menos impuestos. En lugar de ver sus ingresos tasados por el fisco como ciudadanos españoles (lo que implica gravámenes de hasta el 47% en caso de grandes ingresos), los beneficiarios de esta norma pueden pagar un 24% de lo que perciban siempre que no superen los 600.000 euros. Además, a efectos de computar sus ingresos, solo cuentan aquellos que generen en España, y no en otros países.

La norma recibe su nombre por el futbolista inglés, que fue el primer beneficiario cuando llegó al Madrid de los galácticos. Sin embargo, muchos británicos que han querido seguir su ejemplo -fiscal, no futbolístico- se han encontrado con que la Agencia Tributaria llega hasta el fondo del pasillo a la hora de comprobar que todo lo declarado en la renta se ajusta a la realidad.

Es el caso de Joe, un ciudadano británico que trabaja en España. En realidad no se llama Joe, pero prefiere preservar su anonimato en el reportaje que publicaba hace unos días The Telegraph por miedo a represalias. Joe llegó a España estresado de su ritmo profesional en Londres, por lo que tanto él como su esposa se mudaron. Él, a trabajar con un antiguo socio. Ella, a ser administradora de varias e importantes empresas españolas. Lo que sucede es que Hacienda les envió una notificación. "Hacienda simplemente dijo que nos habíamos inventado esos trabajos".

Joe y su esposa, padres de cuatro hijos, decidieron llegar a un acuerdo con el fisco y pagar 250.000 euros porque "si hubiera ido a juicio podría haber tardado una década y pagar el doble, y de ninguna manera le iba a dar eso al Gobierno español", explica. "Crees que conoces este país y pasa esto: es como la Rusia de Stalin, te intimidan hasta que aceptan que lo negro es blanco", cuenta. Ahora, el matrimonio está buscando la fórmula de evitar pasar menos de seis meses en España para no ser considerados residentes fiscales.

Más allá de la Ley Beckham

Bob Amsterdam sí habla con su nombre y apellidos: es socio gerente de un bufete de abogados llamado Amsterdam & Partners, pero sus declaraciones son igual de ecuánimes: "Estamos viendo que esto le está afectando a miles de británicos en España (...) Es un ciclo de miedo y represión: Hacienda utiliza tácticas terroristas", asegura. Incluso un exmiembro del Consejo de Asesores Económicos del Tesoro británico, Chris Wales, asegura que mucha gente se está dando cuenta de que la AEAT "incumple la promesa de la Ley Beckham y persigue agresivamente su riqueza".

Por su parte, Hacienda niega la mayor, y también ante el Telegraph asegura que solo ha inspeccionado el 0,5% de los beneficiarios de esta exención. De las inspecciones, "solo el 30%" dieron pie a una denuncia. Un portavoz de la Agencia Tributaria aclara al periódico que la Ley Beckham se aplica, pero no impide que Hacienda haga sus posteriores pesquisas.

Sin embargo, los británicos que aparecen en el reportaje no se refieren únicamente a la Ley Beckham: comparten su sorpresa sobre cómo la Agencia Tributaria comprueba el fisco de los españoles. Otro británico que se mudó a España asegura que vivió siete inspecciones de Hacienda, y un ex-CEO de una empresa valenciana lanza una advertencia a sus compatriotas: "No os dejéis seducir por el sol y la sangría: España es un país maravilloso para comer, para estar con la familia y los amigos", apunta. "Pero invertir aquí vuestros ahorros o vuestra pensión es peligroso".