PIB

La economía china sorprende con un crecimiento del 4,5% tras acabar con la política "Cero Covid"

El avance se sustentó en el consumo interno

A man flies a kite at a public park against the capital city tallest skyscraper China Zun Tower and office buildings in the central business district in Beijing, Tuesday, April 18, 2023. China's economic growth accelerated in the latest quarter as consumer flocked back to shops and restaurants following the abrupt end of anti-virus controls. (AP Photo/Andy Wong)
China se ha marcado un objetivo de crecimiento del 5% para este añoASSOCIATED PRESSAgencia AP

China ha presentado unos datos comerciales estelares. La economía del gigante asiático ha repuntado con un sorprendente crecimiento de un 4,5% en el primer trimestre gracias al impulso del consumo, después de que Pekín abandonara años de estrictas restricciones en el marco de la política «Cero Covid».

Las cifras interanuales de la Oficina Nacional de Estadísticas de China -que siguen a un aumento del PIB del 2,9% en el cuarto trimestre- superaron las expectativas de un alza en torno al 4% y marcaron la mayor expansión desde principios del año pasado.

La recuperación de China tras la pandemia se ha visto dificultada por la debilidad del crecimiento mundial y las crecientes tensiones con Washington. Aun así, los datos reflejan el trimestre más vigoroso de su economía desde el primer tercio de 2022, gracias al fuerte crecimiento de las exportaciones y de la inversión en infraestructuras, así como al repunte del consumo minorista y de los precios inmobiliarios, que han impulsado la recuperación de la segunda mayor economía del mundo.

No obstante, la agencia estadística estatal advirtió sobre la solidez de este último repunte. «Debemos ser conscientes de que la situación internacional sigue siendo compleja y volátil, la demanda interna sigue siendo insuficiente y los cimientos de la recuperación económica aún no son sólidos», indicó al publicarse los datos del PIB.

El Gobierno proyecta una expansión de alrededor del 5% este año, un objetivo modesto después de que la actividad económica creciera un 3% en 2022, una de las tasas anuales más débiles en décadas. Y es que, en diciembre Pekín anunció un abrupto giro de 180 grados en su política «Cero Covid», desmantelando los cierres patronales y otras restricciones que habían lastrado el gasto y la actividad empresarial.

Uno de los principales motores de la subida fue el repunte del consumo, con un aumento de las ventas de bienes para el consumo del 5,8% y de la hostelería del 13,9%.

Otros datos muestran que las ventas al por menor aumentaron en marzo un 10,6%, superando las previsiones y acercándose a su nivel más alto en dos años, mientras que la producción de las fábricas aumentó un 3,9% respecto al año anterior, ligeramente por debajo de las expectativas.

El lastre inmobiliario

Pero el sector inmobiliario volvió a ser el gran negativo y, a pesar de todo lo que se ha dicho sobre la recuperación del sector nacional más importante del país y motor del crecimiento, sigue siendo débil. Las cifras lo confirmaron: la inversión inmobiliaria bajó un 5,8% en marzo. Los resultados del fin de semana mostraron una ralentización del ritmo de caída de los precios de la vivienda nueva en las 70 principales ciudades chinas: en marzo, los precios cayeron un 0,8%, frente a la caída del 1,2% de enero y febrero. Se trata de la undécima caída mensual consecutiva de los precios de la vivienda nueva, pero el ritmo más suave desde junio de 2022, en medio de los esfuerzos de Pekín por acelerar las medidas políticas para apoyar la recuperación del alicaído sector. Según la Oficina Nacional de Estadística, las ventas de inmuebles por superficie disminuyeron un 1,8% interanual en el primer trimestre del año, frente a la caída del 3,6% registrada en los dos primeros meses. La construcción de nuevas viviendas, medida por la superficie construida, cayó un 19,2% en enero-marzo con respecto al año anterior, tras una caída del 9,4% en los dos primeros meses.

La crisis de la deuda de los promotores inmobiliarios ha provocado que decenas de proyectos residenciales quedaran inacabados, lo que ha hecho caer en picado la confianza en el sector. Sin embargo, hay indicios de una cierta recuperación del sector, que representa alrededor del 25% del PIB. De hecho, el primer ministro Li Qiang, nuevo número dos de Xi, señaló el mes pasado en el Parlamento chino que el Gobierno relajaría las medidas represivas contra las empresas que han hecho perder miles de millones de dólares a los promotores inmobiliarios y las plataformas de Internet.

Mientras tanto, las inversiones en activos fijos aumentaron un 5,1% gracias al gasto en infraestructuras y manufacturas. La tasa de desempleo se situó en el 5,5%. Sin embargo, el paro entre los jóvenes de 16 a 24 años subió a casi el 20% desde el 16,7% de finales del año pasado, una señal preocupante para la incorporación al mercado laboral de millones de licenciados universitarios.

Esta semana, el Banco Central de China ha reforzado su apoyo a la liquidez de la economía, después de que el mes pasado recortara por primera vez este año las reservas obligatorias de los prestamistas. Además, la Administración ha puesto en marcha nuevas medidas de estímulo para impulsar el crecimiento.