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Desempleo juvenil

Esperanza juvenil

La Razón
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Los datos de paro que se publican hoy serán positivos. Si lee usted este artículo después de las 9:00, jugará con ventaja, ya que conocerá la cifra oficial. Según nuestras previsiones, la tasa de paro bajará del 27%, con cerca de 100.000 desempleados menos y 94 mil ocupados más. En estos datos, jugará un papel esencial el comportamiento de la población activa que, según prevemos, descenderá un 1,2%. Es decir, habrá un 1,2% menos de personas que trabajan o buscan activamente un empleo.

El segundo trimestre del año se caracteriza por ser positivo para el empleo gracias al «efecto verano». A falta de conocer cuáles son los colectivos en los que más desciende el paro, cabe esperar que el de los jóvenes sea uno de los más beneficiados por la campaña estival. Muchos de ellos aprovechan estos meses para cambiar de provincia o incluso de autonomía, en busca de un empleo temporal que los ayude con sus gastos, a financiar sus estudios o incluso a aportar a las cuentas familiares, tan deterioradas en un país con casi 2 millones de hogares con todos sus activos en paro.

El desempleo juvenil es una de las mayores lacras que padecemos. Entre la población activa que se desanima en la búsqueda de empleo se encuentran miles de jóvenes que no encuentran un trabajo que encaje con sus expectativas y con su formación. Es aquí donde debemos actuar con especial ahínco, siendo más ambiciosos que contentarnos con los empleos de verano, dado que el futuro de nuestros jóvenes está en juego. El Gobierno ha introducido sustanciales mejoras para aliviar la situación del desempleo juvenil, como el contrato para la formación y el aprendizaje, o dotarlos de mayores facilidades para convertirse en emprendedores. Pero deben potenciarse también otras fórmulas que facilitan la entrada de los jóvenes al mercado laboral y su permanencia en el mismo. Sin ir más lejos, el 50% de la población ocupada de las ETT tiene menos de 25 años, suponiendo para este colectivo un puente hacia el empleo estable: el 30% de los trabajadores ETT acaban con contratos permanentes en sus empresas clientes. El camino para llegar a la estabilidad en el empleo pasa por mejorar el ciclo: contratación temporal, desempleo, reciclaje, rotación y vuelta a la contratación temporal.

El éxito de este ciclo es llegar a la contratación indefinida, y sólo confiando en los profesionales de la contratación temporal se conseguirá reducir tanto el número de ciclos como su duración; de allí la defensa del principio «de la temporalidad a la estabilidad vía Empresa de Trabajo Temporal».