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Gonzalo Bernardos, economista, opina sobre las ayudas alemanas a los jóvenes: "Un gesto que cuesta caro"

Alemania propone una paga de diez euros al mes para las futuras pensiones de sus jóvenes, una medida que los economistas ya tachan de «parche» y de gesto caro para atajar un problema de enorme envergadura

El economista y profesor titular de Economía de la Universidad Barcelona Gonzalo Bernardos
El economista y profesor titular de Economía de la Universidad Barcelona Gonzalo Bernardos Redes socialesRedes sociales

«Un gesto que cuesta caro». Con esta contundencia despacha el economista Gonzalo Bernardos en el programa Más Vale Tarde la última propuesta que se debate en Alemania para fomentar el ahorro juvenil. A su juicio, la idea de que el Estado ingrese una pequeña cantidad mensual en una cuenta para menores es poco más que un parche, una iniciativa de impacto limitado que no resuelve las verdaderas grietas del sistema. Bernardos pone así en duda la eficiencia de destinar recursos públicos a una medida que, si bien puede sonar bien, no parece ser la solución a un problema de semejante envergadura.

De hecho, la propuesta germana consiste en que el Estado aporte 10 euros al mes a una cuenta de ahorro para todos los niños y adolescentes de entre 6 y 18 años. El objetivo a largo plazo es que esta pequeña hucha sirva como un complemento para sus futuras pensiones, ayudando a reforzar la estabilidad económica de las próximas generaciones de jubilados. La iniciativa busca, además, inculcar una cultura de ahorro desde edades muy tempranas.

Por otro lado, el debate en Alemania resuena con especial fuerza si se mira a la situación en España. A principios de 2025, la brecha generacional se hizo más evidente que nunca: la pensión media superaba el salario de los trabajadores menores de 35 años, situándose en 1.760 euros frente a los 1.670 euros que percibían los más jóvenes, una realidad que pone de manifiesto las dificultades de este colectivo para labrarse un porvenir.

Una medida vistosa pero de escaso recorrido

En este sentido, Bernardos insiste en que, aunque la propuesta alemana pueda ser atractiva desde un punto de vista político, no ataca los problemas de fondo. El economista no niega que la medida pueda generar efectos positivos colaterales, como estimular el ahorro personal, pero recalca que no garantiza la sostenibilidad del sistema público de pensiones, un desafío que afronta la mayor parte de Europa.

Asimismo, extiende su advertencia al propio futuro de los trabajadores en Alemania. Sostiene que, más allá de estos esfuerzos puntuales, las futuras pensiones serán notablemente más bajas en proporción a los salarios que se cobran en la actualidad. Ante este panorama, una aportación de diez euros al mes parece una respuesta a todas luces insuficiente para garantizar la tranquilidad económica de los pensionistas del mañana.