Macroeconomía
La mayoría de los hogares gasta menos que antes de la pandemia
El Banco de España avisa: las rentas altas desploman su consumo, mientras las más bajas lo recuperan por el impacto de la inflación en sus necesidades básicas. La venta de coches y productos duraderos se hunde
El estreno de previsiones macroeconómicas del Banco de España con el nuevo gobernador José Luis Escrivá al mando se ha saldado con una fuerte revisión al alza del crecimiento económico. De golpe, el supervisor ha elevado medio punto su previsión de crecimiento económico para 2024, del 2,3% al 2,8 %, gracias al «elevado grado de dinamismo en el segundo trimestre», aunque avisa de que «el ritmo de expansión de la actividad podría moderarse con respecto al registrado en el primer semestre del año».
En sus proyecciones macroeconómicas del tercer trimestre, el supervisor apunta que el ritmo de crecimiento de la economía española volvió a sorprender al alza en el segundo trimestre otro 0,8%, y los indicadores coyunturales sugieren que la actividad económica seguirá en el tercer trimestre, pero ya con un «menor vigor», que se reflejaría en dos décimas menos –en torno al 0,6%–. Esto significa que, en comparación con las proyecciones de junio, el supervisor revisa al alza el crecimiento cinco décimas más y por encima de las estimaciones del Gobierno (2,4%) y de otros organismos como Funcas (2,6%), el FMI o la Airef (2,4%) o la Comisión Europea (2,1%), el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026, aunque el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, reseñó durante la presentación del informe que el principal factor que esta revisión de medio punto este ejercicio se debe al «efecto arrastre positivo» provocado por la actualización de los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral, publicados por el INE a finales de julio.
Sin embargo, el informe explica que esta «notable fortaleza» que la economía española ha venido exhibiendo en los últimos trimestres se ha debido esencialmente al aumento de la población inmigrante, la «relativa resiliencia» de las manufacturas españolas comparadas con las de otros países de nuestro entorno y, sobre todo, a la elevada aportación de la demanda exterior neta, gracias al «escaso vigor» de las importaciones y al «avance continuo» que han experimentado las exportaciones, sobre todo de los servicios de turismo. Pero en este contexto alerta de que, «a pesar de estas dinámicas favorables, el comportamiento en la primera mitad del año del consumo de las familias y de la inversión sorprendió a la baja», lo que «podría condicionar la capacidad de la economía española para mantener en los próximos trimestres el elevado dinamismo reciente».
Especialmente preocupado se mostró Gavilán por la «incertidumbre del consumo de los hogares y de la inversión empresarial», que han mostrado «un comportamiento más débil del esperado en los últimos trimestres», con una « clara atonía del gasto medio por hogar», que no ha recuperado los niveles prepandemia, ya que «solo en los hogares de menos renta y con mayor dependencia de sus necesidades básicas y los que el sustentador principal es de edad avanzada se han recuperado los niveles previos a la pandemia». Además, el incremento del peso de la población de origen extranjero, unido a la peor evolución reciente del consumo en este colectivo, «ha contribuido a explicar, en parte, la debilidad que está presentando el consumo por hogar», apunta el informe.
Especialmente significativo ha sido el desplome del consumo de los hogares con rentas más altas, que se mantiene cuatro puntos porcentuales por debajo de los registros prepandémicos. «Ha caído de forma evidente la inversión en coches y en productos duraderos, lo que justifica esta fuerte caída del gasto de los hogares con más ingresos», señaló Carlos Thomas, director general adjunto de Investigación del supervisor.
Una situación problemática que, como anticipan los analistas de la institución bancaria, puede producir «una reducción paulatina de la contribución de la demanda exterior neta al crecimiento» y se confirma el parón en el empleo y en la actividad empresarial.
En cuanto al ámbito fiscal, el supervisor vuelve a afear al Gobierno que siga sin incorporar una senda de ajuste presupuestario compatible con el cumplimiento las nuevas reglas fiscales europeas. Advierte de que el déficit acabará una décima por encima del límite impuesto por Bruselas y reclama reducir medio punto del PIB de déficit.
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