México, lastrado por el populismo

Con una economía en pronóstico reservado, es normal que su primera presidenta busque desviar la atención desde su toma de posesión. El desplante a los españoles en la figura del Rey Felipe VI, convertido en archienemigo de toda la ultraizquierda en Hispanoamérica y en la Madre Patria, arroja un pésimo mensaje sobre el dogmatismo con el que arranca Claudia Sheinbaum Pardo, de europeos apellidos por los cuatro costados. Parece ser que 61 años, una maestría, dos hijos y un doctorado no han sido suficientes para que Sheinbaum temple sus humores y entienda que no se puede insultar a un país entero, rompiendo todas las reglas del protocolo. Sheinbaum, como todos los radicales, ve la historia sin contexto y de forma unidireccional.

De hecho, debe desconocer la historia precolombina. Porque, vayamos por partes, antes de exigir esas disculpas, muchos quisiéramos que los descendientes de los mexicas, que sorprendentemente abundan pese a tanta matanza, pidieran perdón al resto de los pueblos del actual México, la mayoría de ellos esclavizados y sojuzgados a la fuerza por el Imperio Azteca. No hagan trampas, es imposible que los 16 jinetes, 13 arcabuceros y 32 ballesteros que partieron el 10 de febrero de 1519 de Cuba a bordo de 11 naves conquistaran sin ayuda ese imperio, que regía sobre 22 millones de personas, en apenas año y medio. Y es que los mexicas tenían enemigos por doquier. De hecho, su leyenda negra supera a cualquier otra.

Pero no nos dejemos arrastrar por el populismo, la realidad es que el pronóstico de crecimiento económico se reduce a cada paso por el propio Banco de México ante la «marcada debilidad» de la inversión privada por la inestabilidad, el cambiante marco regulatorio y las tensiones internas y externas. Para este mismo año, la institución ha rebajado los pronósticos casi un punto –del 2,4% al 1,5%– un avance insignificante para un país del tamaño, la población y las desigualdades de México. Para 2025, primer año de gobierno de Sheinbaum, Banxico deja el crecimiento del PIB en el 1,2%, un recorte inferior, pero sustancial ya que se partía de un escaso 1,5%. Bien haría la populista Sheinbaum en dedicarse a trabajar en vez de espantar moscas con el rabo.