El miedo a la quiebra de Credit Suisse hunde las bolsas y obliga a suspender la cotización de cuatro gigantes bancarios

El efecto contagio de la crisis bancaria en Estados Unidos acelera la sensación de pánico entre inversores y clientes, lo que ha provocado que la banca europea vuelva a desplomarse en bolsa, azuzada por las dudas generadas sobre la solvencia del banco suizo Credit Suisse, que cerró la sesión bursátil con una caída 24% y arrastraba a todo el sector financiero europeo, que en las últimas sesiones ya había sufrido grandes pérdidas. De los principales bancos continentales, los peor parados fueron Société Générale, que descendía el 9,83%; BNP Paribas, el 8,74%; e ING (Países Bajos), el 8,24%. Los alemanes Commerzbank y Deustche Bank, caían el 7,96%, y el 6,92%; mientras que en el Reino Unido, Barclays cedía el 6,44%, y HSBC, el 3,95%. El italiano Unicredit también perdía el 6,87%; e Intesa Sanpaolo, el 5,94%.

En España, el Ibex 35 también ha reaccionado de forma negativa a una jornada marcada por las turbulencias generadas por Credit Suisse, con una caída general en torno al 3,6% pasadas las 16.30 h., con la banca liderando los retrocesos del selectivo. Banco Sabadell, como ya ocurrió el lunes por efecto contagio de la crisis bancaria norteamericana, ha repetido como la entidad que más cae, descendiendo un 9,39%. Por detrás se han situado BBVA (-8,54%), Bankinter (-5,54%), Banco Santander (-5,67%), Meliá (-5,01%), CaixaBank (-5,16%), ArcelorMittal (-7,09%), Inditex (-4,05%), Repsol (-5,63%), IAG (-6,42%) o Unicaja Banco (-4,87%).

Al igual que la bolsa española, los restantes mercados europeos también han incrementado notablemente sus caídas respecto a la apertura. A las 16.30 horas, París pierde el 3,05%; Milán, el 2,48%; Fráncfort, el 2,69%, y Londres, el 2,52%. El Euro Stoxx50, índice que engloba a las empresas europeas de mayor capitalización, también cede el 3,33%. Esta situación ha provocado que los reguladores correspondientes hayan suspendido la cotización de varios de los mayores bancos europeos. Además la de Credit Suisse, cuyas acciones cayeron por primera vez por debajo de los 2 francos suizos (2,04 euros, se ha paralizado la presencia en los parqués de Societe Generale, Monte dei Paschi y UniCredit para evitar males mayores.

Todo tiene que ver con la crisis de la entidad suiza, motivada por la negativa de que su principal accionista, el Saudi National Bank, a aportar más capital para la entidad, ya que superaría una participación del 10% -algo que rechaza aludiendo a motivos regulatorios-, y por la publicación de su informe anual de 2022, en el que se habrían detectado "debilidades materiales" en el control interno de la información financiera, lo que significa en idioma mundano "errores en su contabilidad". En 2022, el banco con sede en Zúrich arrojó pérdidas por valor de 7.293 millones de francos suizos (unos 7.400 millones de euros) en 2022, 4,5 veces más que en 2021, afectado por su exposición a firmas de riesgo con problemas financieros, como Archegos o Greensill. A esto habría que sumar la crisis de liquidez que arrastra este año, provocada por la fuga de depósitos, que se leva ya a 123.200 millones de francos suizos (126.000 millones de euros).

A los problemas financieros se une la pérdida de reputación. En el sector bancario la confianza es ley, y tener varios frentes abiertos por supuestas corruptelas no ayuda. A principios de 2022, el banco fue objeto de una investigación publicada por un consorcio de medio centenar de medios globales que lo acusaban de haber guardado durante décadas fortunas de personas ligadas a la corrupción, entre ellas oligarcas la petrolera estatal de Venezuela, líderes de Oriente Medio o altos funcionarios de inteligencia de países colaboradores de EE UU en materia antiterrorista, si bien el banco defendió que muchas de esas cuentas sospechosas llevaban ya años cerradas. Además, Credit Suisse arrastra más polémicas, como el descubrimiento de casos de vigilancia ilegal ordenada por responsables de distintas áreas a altos cargos de la entidad poco antes de ser contratados por firmas de la competencia.

Esto ha provocado una amplia remodelación de la directiva en los últimos años. Las escuchas provocaron la renuncia del entonces consejero delegado, Tidjane Thiam. En enero de 2021, el dimitió el entonces presidente, Antonio Horta-Osorio, tras descubrirse que se había saltado la cuarentena por la pandemia para asistir a un evento deportivo, y su sucesor, Alex Lehman, ha sido investigado por el regulador financiero suizo por mal uso de información financiera.

Toda esta concatenación de acontecimientos han provocado que el segundo mayor banco de Suiza por valor de mercado, con 167 años de historia, esté en una situación límite, con amenaza de intervención, en el límite de la quiebra y sin visos de recuperación, una situación que puede arrastrar definitivamente al resto de la banca europea al abismo de una segunda gran crisis financiera en el primer cuarto del siglo XXI.