Elecciones
Milei versus Massa versus Bullrich
Massa ya lleva más de un año como superministro de Economía y entretanto sólo ha logrado disparar la inflación
Este pasado domingo Argentina celebró el primer debate presidencial entre los candidatos a ocupar la Casa Rosada. Tres son los principales contendientes: el liberal-libertario Javier Milei, el peronista Sergio Massa y la centroderechista Patricia Bullrich. Cualquiera que haya visto el debate no podrá más que concluir que fue decepcionante pues ninguno de los candidatos desarrolló demasiado sus propuestas: Milei porque ya lo ha hecho sobradamente hasta la fecha, Bullrich porque carece de ellas y Massa porque todas sus ideas se orientan en la dirección opuesta a las que necesita el país para estabilizar la moneda y volver a crecer sanamente.
No obstante, y pese a lo anterior, sorprende el arrojo y la caradura de los dos principales rivales de Milei. Por un lado, Massa dijo querer alejarse de los planes vacíos y sencillos que propone Milei para acabar con la inflación: lo suyo, al parecer, sería un plan sofisticado, realista y duro. Pero, dejando de lado que Massa ya lleva más de un año como superministro de Economía y entretanto sólo ha logrado disparar la inflación, lo cierto es que durante el debate apenas fue capaz de señalar que su plan consiste en impulsar las exportaciones de alto valor añadido (¿cómo?) y que dolarizar implica no respetar a quienes se dejaron su sangre por la independencia de Argentina. La nadería nacionalista. Por otro lado, Bullrich también sacó pecho diciendo que ella, a diferencia de Milei, ya tenía un plan muy detallado y exhaustivo para combatir la inflación, pero no reveló ni una sola propuesta concreta para lograrlo. Es más, cuando Milei le preguntó directamente qué pensaba hacer con los pasivos financieros del Banco Central de la República Argentina (las famosas Leliqs, una de las principales bombas de relojería del país), Bullrich despachó al economista libertario diciéndole que ella no iba a hablar de lo que Milei quería que hablase. Vamos, que no fue capaz de detallar nada después de vendernos que lo tenía todo armado y bien armado. En suma, una farsa política a la altura del desastre económico. Ojalá Milei no termine sumándose a tan infame casta.
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