Economía
El peronismo entra en campaña
El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, ha sido quien ha condenado a los ciudadanos a la pobreza durante el último año al robarles vía inflación para financiar su populismo y sus redes
Sergio Massa, ministro de Economía de Argentina y candidato peronista a la presidencia de la república en los comicios del próximo 22 de octubre, ha entrado en campaña con dinero público. Desde un punto de vista político, no tenía mucha alternativa dado que en las recientes PASO quedó, como candidato, a diez puntos de Milei y, como formación política, en tercera posición detrás de Milei y de Juntos por el Cambio. Es decir, Massa está desesperado y como político desesperado echa mano del dinero público para dopar su campaña.
Pues bien, después de haber hinchado la pelota de la inflación (gastando con cargo a monetización de deuda) y de haberse fundido las reservas en dólares del banco central durante el último año, optó por retrasar la devaluación (parcial e incompleta) del peso al día siguiente de las elecciones primarias del pasado 19 de agosto. En apenas 24 horas, el peso perdió el 22% de su valor frente al dólar: y ahora, con la excusa de que ha de compensar a los ciudadanos por un empobrecimiento que él solito perpetró, acaba de a anunciar una batería de ayudas sociales que tienen como claro propósito intentar comprar el voto de los ciudadanos argentinos. Así, acaba de prometer 37.000 pesos a los más de 7,5 millones de pensionistas a pagar en tres mensualidades: septiembre, octubre y noviembre. También ha prometido entregar 60.000 pesos en dos mensualidades (septiembre y octubre) a los trabajadores tanto del sector público como del sector privado. Asimismo, una asignación adicional de 10.000 pesos para las madres solteras, igualmente en septiembre y octubre. Y, por último, congelar los precios del combustible y de los medicamentos, nuevamente durante septiembre y octubre.
El descaro en las fechas seleccionadas (el mes previo a las elecciones y el propio mes de las elecciones) es tan mayúsculo que, como decíamos, cuesta no definir estos anuncios como un intento inequívoco de comprar directamente el voto de los argentinos. Ojalá éstos no caigan en la trampa de vendérselo, pues Massa ha sido quien los ha condenado a la pobreza durante el último año por hacer exactamente lo que está haciendo con estos aguinaldos: robar a los ciudadanos vía inflación para financiar su populismo y sus redes clientelares.
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