Banca

Moody’s rebaja a negativa la perspectiva crediticia de China por el aumento de la deuda y la crisis inmobiliaria

La agencia de rating prevé una desaceleración del crecimiento anual del PIB chino hasta el 4% para los años 2024 y 2025, y una media del 3,8% entre 2026 y 2030

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Moody's larazon

La segunda mayor economía del mundo, China, ha sufrido un revés, ya que la agencia de calificación Moody's Investors Services  rebajó el martes la calificación crediticia del gobierno del país de "estable" a " negativa". Este cambio de perspectiva tiene implicaciones de gran alcance, porque como potencia económica, China influye en los mercados, los flujos comerciales y el clima de inversión de todo el mundo. Todo giro en su salud económica tiene repercusiones internacionales, desde los precios de las materias primas hasta las cadenas de suministro globales.

Al justificar esta perspectiva negativa, Moody's señaló que, en lo que respecta al gigante asiático, la creciente evidencia de que su Gobierno central y el sector público en general prestarán apoyo financiero a los gobiernos regionales y a las empresas estatales con dificultades financieras, está planteando amplios riesgos a la baja para la solidez fiscal, económica e institucional del país.

Asimismo, la revisión a la baja ha tenido en cuenta el aumento de los riesgos del país relacionados con un crecimiento económico estructural y persistentemente más bajo a medio plazo. En medio de incertidumbres globales y desafíos internos, el motor económico de China, otrora imparable, parece mostrar signos de ralentización. Y, al parecer, este frenazo no se limita a un episodio efímero, más bien es indicativo de cambios y retos estructurales más profundos.

Este cambio a una perspectiva "negativa" es el primer ajuste de Moody's sobre Pekín desde el recorte de un escalón de la calificación en 2017. A pesar de confirmar las calificaciones A1 de emisor en moneda local y extranjera a largo plazo del país, la entidad prevé una desaceleración del crecimiento anual del PIB chino hasta el 4% para los años 2024 y 2025, y una media del 3,8% entre 2026 y 2030.

En respuesta, el Ministerio de Finanzas chino no tardó en expresar su más absoluto desacuerdo, argumentando que su macroeconomía ha venido mostrando una recuperación a pesar de un entorno internacional complejo y una ralentización económica mundial. En particular, la segunda economía mundial registró un crecimiento del 4,9% en el tercer trimestre, mejor de lo previsto.

Uno de los factores decisivos en la reevaluación de Moody's es la inestabilidad actual del sector inmobiliario chino, que representa aproximadamente una cuarta parte del PIB del país y está sumido en una profunda crisis de deuda, ofreciendo un desolador panorama de cara al futuro. En los últimos tiempos, este mercado, piedra angular del milagro económico chino, se ha visto afectado por la pérdida de confianza de los inversores, mientras algunos de los mayores promotores inmobiliarios del país están al borde de la quiebra y deben cientos de miles de millones de dólares. Sus repercusiones se dejan sentir en el conjunto de la economía, afectando a la construcción, la banca y el consumo.

En un contexto en el que el Gobierno chino ha declarado sistemáticamente su objetivo político, Moody's espera que, a medio plazo, su sector inmobiliario siga siendo menor en proporción al conjunto de la economía de lo que era antes de la corrección inmobiliaria iniciada en 2021. En su opinión, las regiones que dependían en mayor medida de la venta de terrenos no pueden compensar materialmente la pérdida de ingresos procedentes de otras fuentes y se enfrentarán a tensiones financieras en un futuro previsible.

El anuncio de esta rebaja subraya la preocupación general por los retos económicos de China. La débil confianza de los consumidores y las empresas, la imparable crisis inmobiliaria, un desempleo juvenil sin precedentes y la reducción de la demanda mundial de productos chinos forman parte de este grave problema. Se trata de un severo recordatorio de los obstáculos económicos que China deberá superar en los próximos años.

Mientras que la segunda economía mundial navega a través de sus propios desafíos, el mundo observa, consciente de que las repercusiones de las políticas y sus resultados de este país no se limitan a sus fronteras, sino que son de alcance mundial.